jueves, 22 de marzo de 2012

LA FUERZA DEL AMOR


El núcleo del amor es la fuerza, el valor que mostramos para luchar por lo que amamos, la fortaleza para defender lo que más apreciamos, enfrentar desafíos, superar barreras, derribar obstáculos.

Cuando el amor es auténtico surge con la fuerza de la audacia, el atrevimiento, la osadía que nos lanza a correr riesgos para conquistar lo que amamos; es en esa entrega sin condiciones donde surgen fortalezas donde antes no las había.

El amor nos da el valor de:
 - Luchar por nuestros sueños.
 - Dar la vida por los que llevamos en el corazón.
 - Modificar nuestra propia existencia.
 - Cambiar nuestro ser.
 - Rebasar el límite de nuestras potencialidades.

El amor nos da la fuerza:
 - Para respetar a los seres que amamos.
 - Para sonreír a pesar de las adversidades.
 - De la humildad para pedir perdón.
 - La grandeza de la comprensión.
 - La nobleza de perdonar.

El amor nos da el poder:
 - Para manifestar nuestras emociones.
 - Para alcanzar estrellas.
 - Para convertir nuestros sueños en realidades.
 - Entregar nuestra vida por un ideal.

¿PERTENECER O APARENTAR?

Yo sé quien soy, no necesito aparentar lo que no soy, tampoco necesito cambiar de  máscara cada vez que estoy con alguien diferente.

Soy mujer, segura de mí misma. No soy una nube a la que se la lleva el viento. Yo forjo mi destino y aprecio lo que tengo, cosas, amigos y familia. Disfruto de quien soy.

No, no me dejaré llevar, no quiero aparentar, quiero ser siempre yo misma.

Hoy vivimos en un mundo dónde la crisis de valores éticos es una constante que se acrecienta con el transcurrir del tiempo. Los seres humanos empezamos a desprendernos del sentimiento de unidad, de ver la vida como un todo, donde todos formamos parte de lo mismo, con diferentes nombres e historias, siempre compartimos muchos capítulos. Cada quién mira su juego, se enfoca  en su historia, la falta de sensibilidad es moneda corriente, la inseguridad afectiva, económica, y física es consecuencia de un desgarramiento social que afecta nuestra identidad. Como seres gregarios, existe en nosotros la necesidad de pertenecer, sin embargo, en la actualidad, ese pertenecer ha sido remplazado por un falso valor el de la apariencia. Aparentar para pertenecer.