lunes, 2 de julio de 2012

¡NO ACEPTO TU MALTRATO!



La emoción del enamoramiento, la boda, la alegre recepción, las fotos, el pastel y los detalles románticos contrastan con las amarguras, humillaciones, lágrimas, menosprecios y tragedias que después llegan a soportar muchas mujeres en manos de su pareja.
Y una vez casada, lo que menos quieres es dar la relación por fracasada y disolverla, pues una no se casa para eso. Pero mucho menos para ser maltratada: nunca aceptes el maltrato, siempre di no a quien te lastima.
En la mayor parte de los casos los agresores son las propias parejas de las victimas, siendo el detonante el reclamo de pensión alimenticia, o la negativa de la mujer de volver a vivir con la pareja. La etapa de mayor peligro para la mujer es la de los primeros meses de la separación, periodo durante el hombre trata de convencer a su pareja que ha hecho cambios.
Las consecuencias del maltrato tienen graves consecuencias sobre los hijos, incluso cuando la mujer intenta protegerlos o esconderlo de ellos. Los hijos de familias en las que se han experimentado maltratos  enfrentan temor, ansiedad, culpa y enojo que más tarde prolongan el ciclo siniestro.