lunes, 18 de noviembre de 2013

AMOR Y APEGO


El apego es un estado emocional de vinculación compulsiva a una cosa o a una persona determinada y está originado por la creencia de que sin eso no se puede ser feliz. Se compone de dos elementos, uno positivo y otro negativo, el elemento positivo es el fogonazo del placer y de la emoción, el estremecimiento que se experimenta cuando se consigue el objeto del deseo. El negativo es la sensación de amenaza y de tensión que lo acompaña. Por su propia naturaleza el apego hace vulnerables a las personas al desorden emocional y desintegra la paz. La semilla del apego sólo puede germinar en la oscuridad de la ignorancia, del engaño y de la ilusión.

Dicen que el amor es ciego, pero lo que es ciego no es el amor, sino el apego. Una gran cantidad de importante información, procedente del mundo que nos rodea, no consigue llegar a nuestra mente consciente a causa de nuestros apegos, creencias y miedos. El apego nos insensibiliza y hace que reaccionemos ante las personas en función de la ayuda o la amenaza que creemos que suponen para el logro de nuestra ambición.Y a las que consideramos fuera de esas dos categorías ni siquiera existen para nosotros. Todo aquel que posee algún apego está ciego y no ve la realidad de la Vida.

lunes, 4 de noviembre de 2013

IRA


Sentirse enojado y, a veces, el acto de culpar es una parte natural y necesaria de la aceptación de la pérdida y el cambio, de la pena. Podemos permitirnos a nosotros mismos y a los demás enojarnos mientras vamos de la negación a la aceptación.
Mientras llegamos a aceptar la pérdida y el cambio, podremos culparnos a nosotros mismos, a nuestro Poder Superior o a los demás.
La persona podrá tener relación con la pérdida o ser un inocente espectador. Podemos escucharnos decir a nosotros mismos: “Si tan solo él hubiera hecho eso... Si él no hubiera hecho eso... ¿Por qué Dios no hizo las cosas de otra manera?..."
Sabemos que culpar no ayuda. En la recuperación, las contraseñas son auto responsabilidad y responsabilidad personal, no culpar. En último término, el sometimiento y la auto responsabilidad son los únicos conceptos que nos pueden llevar hacia delante, pero para llegar ahí podemos necesitar darnos permiso de sentirnos enojados y de ocasionalmente incurrir en el reproche.