martes, 30 de septiembre de 2014

EN PAZ CON EL PASADO


Ni Dios puede cambiar el pasado.(Agatón).
Aferrarse al pasado, ya sea a través de la culpa, de la nostalgia, de la negación o del resentimiento, es un desperdicio de valiosa energía, de energía que se puede usar para transformar el hoy y el mañana.
"Yo solía vivir en mi pasado", dijo una mujer en recuperación "O bien estaba tratando de cambiarlo, o lo estaba dejando que me controlara. Por lo general eran ambas cosas".
"Constantemente me sentía culpable de cosas que habían sucedido. De cosas que yo había hecho; de cosas que otros me habían hecho a mi, aunque había reparado casi todos los daños, la culpa me embargaba. De alguna manera, todo era mi culpa. Simplemente, nunca pude dejarlo ir".
"Me aferre a la ira durante años, diciéndome a mi misma que era justificada.Estaba en negación acerca de muchas cosas. A veces, trataba de olvidarme absolutamente de mi pasado, pero nunca me detuve a analizarlo realmente; mi pasado era como una nube oscura que me perseguía, y del cual no me podía sacudir. Supongo que me asustaba dejarlo ir, que le temía al hoy, que le temía al mañana.”

RETROCESOS TEMPORALES


A veces, después de empezar la recuperación, las cosas parecen empeorar. Nuestras finanzas, nuestras relaciones o nuestra salud pueden parecer deteriorarse
Esto es temporal. Esta es una parte normal de la recuperación y de la curación. Puede ser que las cosas sean así durante un tiempo, pero no demasiado.
Sigue trabajando en la recuperación, y la tendencia se revertirá. En poco tiempo, las cosas, y nosotros, estaremos mejor que estábamos antes. Esta vez, la base será sólida.


"Dios mío, ayúdame a confiar en Ti y en la recuperación, aunque tenga retrocesos. Ayúdame a recordar que los problemas son temporal

¡UN MODO MEJOR!




¿Qué es exactamente el desapego?

Primero, aclaremos lo que no es el desapego.

El desapego no es un alejamiento frío, hostil; no es una aceptación resignada y desesperante de todo aquello que la vida y la gente nos tire en el camino; no es una manera robótica de ir por la vida, absortos, y totalmente indiferentes a la gente y a los problemas; no es una actitud de inocente dicha infantil; ni un desentendimiento de lo que son nuestras verdaderas responsabilidades hacia nosotros mismos y hacia los demás; ni una ruptura en nuestras relaciones. Tampoco es que retiremos nuestro amor y nuestra solicitud, aunque a veces estas formas de desapegarnos pueden ser las mejores a seguir, por el momento.

De una manera ideal, desapegarnos es liberarnos o apartarnos de una persona o de un problema con amor. Mental, emocional y a veces físicamente nos desembarazamos de nuestro involucramiento insano ( y a menudo doloroso ) con la vida y responsabilidades de otra persona, y de los problemas que no podemos resolver, de acuerdo con un manual titulado Desapego que ha circulado durante muchos años en los grupos Al-Anón.

martes, 23 de septiembre de 2014

TOLERANCIA


¡Practica la tolerancia!

Toleramos nuestros arranques, nuestros sentimientos, nuestras reacciones, nuestras peculiaridades, nuestra humanidad.

Toleramos nuestros altibajos, nuestra resistencia al cambio, nuestra naturaleza batalladora y a veces difícil. Toleramos nuestros miedos, nuestros errores, nuestra tendencia natural a escondernos de los problemas y del dolor.

Toleramos nuestra vacilación a acercarnos a la gente, a mostrarnos, ser vulnerables.
Toleramos nuestra necesidad de sentirnos a veces superiores, avergonzados y compartir ocasionalmente el amor como iguales. Toleramos la forma como progresamos, unos cuantos pasos adelante y dos para atrás.

Toleramos nuestro deseo instintivo de controlar y cómo renuentemente aprendemos a practicar el desapego.

domingo, 14 de septiembre de 2014

CONFLICTO Y DESAPEGO


En una relación hay esas épocas maravillosas en que las cosas transcurren suavemente para ambas personas, y ninguna de las dos necesita concentrarse demasiado en el concepto del desapego. Pero hay esas épocas desafiantes en que una persona está en crisis o está cambiando, y necesitamos desapegarnos.
Luego están también esos ciclos estresantes donde ambas personas están lidiando con cuestiones muy intensas. Ambos están necesitados y ninguno tiene nada que dar.
Hay época en que desapegarnos y cuidar de nosotros mismos es difícil. Es sutil, en esos momentos, identificar el problema. Ambas personas están lidiando y curándose. Ninguna tiene mucho que dar. por lo menos por el momento. Y ambas se sienten particularmente necesitadas.

¿QUÈ ES BUENO PARA MI?


Cuando nos estemos escudriñando el alma, ya sea a causa de pequeñas o grandes decisiones que enfrentemos durante el día, podemos aprender a preguntarnos, ¿ Esto es bueno para mí?... ¿Es esto lo que realmente quiero?.... ¿Es esto lo que necesito?.... ¿Siento que esta es la dirección correcta para mí?...¿O estoy sucumbiendo al control y la influencia que a veces permito que otros tengan sobre mí?
No es un egoísmo enfermizo cuestionarnos si algo nos conviene. Esa es una vieja manera de pensar. Preguntarnos si algo es bueno para nosotros es una conducta sana de la que no tenemos por qué avergonzarnos, y que probablemente resultará conforme también a los mejores intereses de las otras personas.

No nos extraviaremos en el sendero egoísta de la autoindulgencia por preguntarnos si una cosa nos conviene. No nos desviaremos del plan que Dios tiene para nosotros.Al hacernos esta sencilla pregunta, participamos en dirigir nuestra vida hacia el bien y el propósito más alto; nos adueñamos de nuestro poder para mantenernos en autoestima.

"Hoy empezaré a actuar conforme a mis mejores intereses. Lo haré con el entendimiento de que, en su momento, lo que elija no complacerá a todos los que me rodean. Lo haré con el entendimiento de que preguntarme si una cosa me conviene en último término me ayudará a asumir una verdadera responsabilidad por mi vida y por mis elecciones".