sábado, 18 de enero de 2014

LA ORACIÒN


De hecho, la oración es la única acción real en el más amplio sentido de la palabra, porque es lo único que cambia nuestro carácter. Un cambio de carácter, o un cambio en el alma, es un cambio verdadero. (Emmet Fox, El sermón de la montaña).

Erica Jong ha dicho que somos seres espirituales, que somos humanos. La plegaria y la meditación son formas que tenemos para cuidar de nuestro espíritu, son disciplinas que se sugieren en el Paso Once de los programas de recuperación de Doce Pasos: Al-Anón, Alcohólicos Anónimos, y otros.
La oración y la meditación no necesariamente están conectadas con las religiones organizadas, son una forma para mejorar nuestra relación personal con un Poder Superior para beneficio de nosotros mismos, de nuestra vida y de nuestro crecimiento interior. Por medio de la oración nos conectamos con Dios. No oramos porque tengamos que hacerlo, sino porque queremos hacerlo. Así es como vinculamos nuestra alma con nuestro Origen.
Estamos aprendiendo a cuidar nuestras emociones, nuestra mente y nuestras necesidades físicas. Estamos aprendiendo a cambiar nuestras conductas, pero también a cuidar de nuestro espíritu, de nuestra alma, porque ahí es donde empieza todo cambio verdadero.
Cada vez que hablamos con Dios, nos transformamos. Cada vez que nos conectamos con nuestro Poder Superior, este nos escucha, nos toca y nos cambia para mejorar.

GRATITUD



En la vida, a veces las cosas pasan demasiado rápido. Apenas hemos resuelto un problema cuando surgen otros dos. Nos sentíamos muy bien por la mañana, pero por la tarde estamos hundidos en la aflicción.
Todos los días nos enfrentamos con interrupciones, demoras, cambios y retos. Encaramos conflictos de personalidad y decepciones. A menudo, cuando nos sentimos agobiados, no podemos ver las lecciones que encierran esas experiencias.
Un concepto sencillo nos puede hacer superar hasta las temporadas más difíciles. Se llama gratitud. Aprendemos a decir gracias a estos problemas y sentimientos. Gracias por la manera como se presentan las cosas. No me gusta esta experiencia, pero gracias de todas maneras.

Oblígate a la gratitud hasta que ésta se haga algo habitual en ti. La gratitud nos ayuda a dejar de tratar de controlar los resultados. Es la llave que abre la energía positiva en nuestra vida. Es la alquimia que convierte a los problemas en bendiciones, y en regalos lo inesperado.


"Hoy tendré gratitud. Empezaré el proceso de convertir la pena de hoy en la alegría de mañana".