domingo, 27 de septiembre de 2015

RETROCESOS TEMPORALES

A veces, después de empezar la recuperación, las cosas parecen empeorar. Nuestras finanzas, nuestras relaciones o nuestra salud pueden parecer deteriorarse
Esto es temporal. Esta es una parte normal de la recuperación y de la curación. Puede ser que las cosas sean así durante un tiempo, pero no demasiado.

Sigue trabajando en la recuperación, y la tendencia se revertirá. En poco tiempo, las cosas, y nosotros, estaremos mejor que estábamos antes. Esta vez, la base será sólida.

"Dios mío, ayúdame a confiar en Ti y en la recuperación, aunque tenga retrocesos. Ayúdame a recordar que los problemas son temporales y que cuando se solucionen, estaré en un terreno más firme".

viernes, 25 de septiembre de 2015

DISCULPAS

A veces actuamos de una manera que nos deja incómodos. Eso es humano. Por eso tenemos las palabras: “Lo siento”. Curan y cierran la brecha. Pero no tenemos por qué decir “lo siento” si no hemos hecho nada mal. Una sensación de vergüenza puede llevarnos a disculparnos de todo lo que hacemos, de cada palabra que decimos, por estar vivos y ser como somos.
No tenemos por qué pedir disculpas por cuidar de nosotros mismos, por manejar nuestros sentimientos, por fijar límites, por divertirnos o porque nos estamos curando.
No tenemos que cambiar nunca de rumbo, si éste es el que más nos conviene, pero a veces una disculpa general reconoce otros sentimientos y puede ser útil cuando no están claras las cosas en una relación. Podemos decir: “Siento mucho el pleito que tuvimos. Siento mucho que te haya lastimado con lo que tuve que hacer para cuidarme a mí mismo; no tenía la intención de que así fuera”.

LA CURACIÒN

Debemos aprender a no impacientarnos con el lento proceso curativo del tiempo. Debemos disciplinarnos a nosotros mismos para reconocer que hay que seguir muchos pasos en el camino que va de la pena a la renovada serenidad.

 Debemos anticipar estas etapas en nuestra convalecencia emocional: insoportable dolor, pena punzante, días vacíos, resistencia al consuelo, desinterés por la vida, que gradualmente van cediendo paso.. al nacimiento de un patrón de acción y de aceptación del irresistible desafío de la vida. (Joshua Loth Liebman).

La recuperación es un proceso. Es un proceso gradual, un proceso de curación y un proceso espiritual, un viaje más que un destino.

Así como la codependencia cobra vida propia y es progresiva, así progresa también la recuperación. Una cosa lleva a la otra y las cosas –al igual que nosotros- mejoran.
Podemos relajarnos, hacer nuestra parte y dejar que ocurra el resto.

"Hoy confiaré en este proceso y en este viaje que he emprendido".

VENGANZA

No  importa qué sólido sea nuestro fundamento espiritual, podemos sentir aún un abrumador deseo de castigar a otra persona o de desquitarnos de ella. ¡Queremos venganza!
Queremos que la otra persona sufra como nos ha hecho sufrir a nosotros. Queremos ver que la vida le dé a esa persona su justa recompensa. De hecho, nos gustaría ayudarle a la vida a hacerlo. Esos son sentimientos normales, pero no tenemos que actuar conforme a ellos. Esos sentimientos son parte de la ira que sentimos, pero no es nuestra labor administrar justicia.
Podemos permitirnos sentir la ira. Es útil ir un paso más profundo y dejarnos sentir los otros sentimientos: el daño, el dolor, la angustia. Pero nuestra meta es liberar esos sentimientos y acabar con ellos.

Podemos hacer responsable a la otra persona. Podemos responsabilizarla. Pero no es nuestra responsabilidad ser juez y parte. Buscar venganza activamente no nos ayudará. Nos bloqueará y nos retendrá.

martes, 15 de septiembre de 2015

¿QUÉ ES BUENO PARA MÌ?

Cuando nos estemos escudriñando el alma, ya sea a causa de pequeñas o grandes decisiones que enfrentemos durante el día, podemos aprender a preguntarnos, ¿ Esto es bueno para mí?... ¿Es esto lo que realmente quiero?.... ¿Es esto lo que necesito?.... ¿Siento que esta es la dirección correcta para mí?...¿O estoy sucumbiendo al control y la influencia que a veces permito que otros tengan sobre mí?

No es un egoísmo enfermizo cuestionarnos si algo nos conviene. Esa es una vieja manera de pensar. Preguntarnos si algo es bueno para nosotros es una conducta sana de la que no tenemos por qué avergonzarnos, y que probablemente resultará conforme también a los mejores intereses de las otras personas.

ATRAVESAR TIEMPOS DIFICILES

Somos seres tenaces. Pero, de muchas maneras, somos frágiles. Podemos aceptar el cambio y la pérdida, pero esto lo hacemos a nuestro propio ritmo y a nuestro propio estilo. Y solamente nosotros y Dios podemos determinar ese momento.

Los tiempos difíciles, los tiempos de estrés, no son todo lo que hay en la vida, pero sí son parte de la vida, del crecimiento, y del seguir adelante. Lo que hacemos con los tiempos difíciles, o con la energía difícil, es elección nuestra.

Podemos utilizar la energía de los tiempos difíciles para resolver nuestros asuntos. Podemos usarla para afinar nuestras habilidades y nuestra espiritualidad. O podemos atravesar estas situaciones sufriendo, almacenando amargura y rehusándonos a crecer o a cambiar.
Los tiempos difíciles nos pueden motivar y moldear para sacar lo mejor de nosotros mismos. Podemos usar estas épocas para adelantar y subir a niveles más altos de vivir, de amar y de crecer.

domingo, 6 de septiembre de 2015

ADUEÑEMONOS DE NUESTRA ENERGIA


Te recomiendo leer.....Aprende a guardar tu energía en el interior. Women, Sex and Addiction (Mujeres, sexos y adicción) de Charlotte Davis Kasi.

Por muchas razones podemos haber dominado el arte de regalar nuestra energía. Podemos haberlo aprendido cuando eramos chicos porque, los sentimientos que teníamos eran demasiado abrumadores para sentirlos, y no sabíamos cómo procesarlos.

Gran parte de nuestra obsesión, de nuestra intensa atención en los demás, se hace para facilitar esta experiencia "fuera del cuerpo" 

Nos obsesionamos, balbuceamos, nos ponemos ansiosos. Tratamos de controlar a los demás, de cuidarlos como nanas y de hacer alharacas cerca de ellos. Nuestra energía se desparrama sobre quien sea.

Nuestra energía es nuestra energía. Nuestros sentimientos, pensamientos, asuntos, amor, sexualidad; nuestra energía física, espiritual, sexual, creativa y emocional es nuestra.

Podemos aprender a tener límites sanos – parámetros sanos- acerca de nosotros y de nuestra energía. Podemos aprender a guardar energía en nuestro interior y a manejar nuestros asuntos.

DESAPÈGUEMONOS DE LOS HIJOS CON AMOR


Tenemos otras responsabilidades diferentes para con nuestros hijos y para con otros adultos. Somos económicamente responsables de nuestros hijos; somos responsables de satisfacerles sus necesidades físicas y materiales.

Necesitamos enseñarles a nuestros hijos a bastarse por sí mismos, desde cómo atarse los zapatos hasta cómo hacer planes sociales.

Necesitan nuestro amor y nuestra guía. Necesitan que se les haga respetar consistentemente los límites, una vez que los hemos establecido. Necesitan un ambiente de apoyo y cariño para crecer. Necesitan ayuda para aprender valores.

Pero nosotros no tenemos la responsabilidad de controlar a nuestros hijos. Contrariamente a la creencia popular, el controlar no funciona. Funciona la disciplina y el cariño si se les combina. La vergüenza y el sentimiento de culpa interfieren con el aprendizaje de nuestros hijos y con nuestro papel de padres. Necesitamos responderles a nuestros hijos de una manera responsable y hacerlos responsables de sus acciones de acuerdo con su edad. Sólo necesitamos hacer nuestro mejor esfuerzo.

LA VULNERABILIDAD DE LAS PALABRAS


Algunos de nosotros somos  vulnerables a las palabras.

Un "te quiero" dicho a tiempo. Un momento escogido para decir "lo siento". Una disculpa expresada en el tono correcto de voz. Una palmadita en la cabeza. Una docena de rosas. Un beso. Una tarjeta de felicitación. Unas cuantas palabras que prometen un amor aún no manifestado pueden meternos en la negación. A veces pueden mantenernos negarnos que se nos ha mentido, maltratado o que se ha abusado de nosotros.

¡Hay aquellos que deliberadamente se proponen dominarnos, controlarnos y manipularnos a través de palabras baratas! ¡Conocen, entienden perfectamente nuestra vulnerabilidad a unas cuantas palabras dichas a tiempo! Penetran nuestra ingenuidad. Saben lo que están haciendo. ¡Entienden el impacto que tienen sobre nosotros.

No tenemos por que darle tanto poder a las palabras, aunque esas palabras sean justamente la que queremos y necesitamos escuchar, aunque suenen tan bien, aunque parezcan detener el dolor.