jueves, 9 de mayo de 2013

APRENDE NUEVAS CONDUCTAS


A veces damos unos pasos para atrás. Eso también está bien. A veces es necesario. A veces es parte de ir hacia delante.
La vida es una Maestra Suave que quiere ayudarnos a aprender. Las lecciones que quiere enseñarnos son aquellas que necesitamos aprender. Algunos dicen que ésas son las lecciones que hemos escogido aprender antes de nacer. Otros, que son lecciones que otros nos escogieron.
Es frustrante estar en medio del aprendizaje. Es como sentarse en clase de álgebra, escuchando al maestro explicar un tema que está más allá de nuestra comprensión. Nosotros no entendemos, pero el maestro da por sentado que sí.
Podemos sentirnos como si alguien estuviera tratando de atormentarnos con mensajes que nunca entenderemos. Nos esforzamos y nos esforzamos. Llegamos a enojarnos. A frustrarnos. A confundirnos. Finalmente, desesperados, nos retiramos, decidiendo que esa fórmula nunca estará al alcance de nuestra mente.
Más tarde, mientras damos un silencioso paseo, lo comprendemos. Calladamente, el don del entendimiento ha llegado a nuestro lugar más profundo. Comprendemos. Hemos aprendido. Al siguiente día, en clase, nos resulta difícil imaginar que no sabíamos. Es difícil recordar la frustración y la confusión de aquellos que aún no han entendido. Parece tan fácil... ahora.
La vida es una Maestra Suave. Seguirá repitiendo la lección hasta que la aprendamos. Está bien que lleguemos a sentirnos frustrados. Confundidos. Enojados. A veces está bien llegar a desesperarnos. Luego, está bien apartarnos y permitir que nos llegue el entendimiento.
Lo hará.
"Ayúdame a recordar que la frustración y la confusión suelen preceder al crecimiento. Si mi situación me está desafiando, es porque estoy aprendiendo algo nuevo, porque me estoy elevando a un nivel más alto de comprensión. Ayúdame a estar agradecido, aun en mi frustración, porque la vida es una emocionante progresión de lecciones".
(Melody Beattie de su Libro El Lenguaje del Adiós).

DISFRUTA LOS DÍAS BUENOS



Los sentimientos agradables se pueden convertir en parte habitual de nuestra vida.
No hay absolutamente ninguna virtud en el sufrimiento innecesario que muchos de nosotros hemos sentido gran parte de nuestra vida. No tenemos por qué permitirle a los demás que nos hagan sentir desdichados, como tampoco tenemos por qué sentirnos desdichados nosotros mismos.
Un buen día no tiene por qué ser "la calma antes de la tormenta". Esa es una vieja forma de pensar que aprendemos en sistemas disfuncionales.
Tener un buen día o un sentimiento agradable no significa que estemos en negación. No tenemos por qué destrozar nuestros buenos momentos buscando obsesivamente un problema o creándolo.
Disfrutar de nuestros días buenos no significa que le estemos siendo desleales a nuestros seres amados que tienen problemas. No tenemos por qué hacernos sentir culpables porque los demás no están teniendo un día bueno. No tenemos porqué hacernos sentir desdichados para ser como ellos. Ellos pueden tener su día y sus sentimientos y nosotros podremos tener los nuestros.
Un sentimiento agradable es para disfrutarlo. Más de lo que podamos imaginar, los días buenos son nuestros si así lo pedimos.
"Hoy me permitiré disfrutar de lo bueno. No tengo por qué destrozar mi día bueno o un sentimiento agradable; tampoco tengo por qué dejar que los demás lo echen a perder".
(Melody Beattie de su Libro El Lenguaje del Adiós).