domingo, 4 de octubre de 2015

FE Y DINERO


A veces, no hay suficiente dinero para cubrir los gastos indispensables, mucho menos para darse algunos lujos.

Cuando la gente nos sugiere que hagamos un presupuesto, dejamos escapar una risita ahogada. Los gastos que necesitamos pagar para sobrevivir superan los ingresos.
Vemos la situación, meneamos la cabeza y decimos “no se puede”.

Muchos de nosotros hemos tenido que vivir estas situaciones. Este no es momento de llenarnos de pánico, no es el momento de desesperarnos.

El pánico y la desesperación nos llevan a tomar malas decisiones y a tomar acciones desesperadas. Este es el momento de sustituir el miedo por la fe. Este es el momento de confiar en que Dios satisfará nuestras necesidades.

SUPEREMOS EL MALESTAR

Sométete al dolor. Luego aprende a someterte a lo bueno. Ahí está, y viene más en camino. 

Nuestra meta en la recuperación es hacernos sentir a gusto, en paz y contentos. Felices. Queremos estar en paz con nosotros mismos y con el ambiente que nos rodea. A veces, para hacerlo, necesitamos estar dispuestos a afrontar el malestar, sentirlo y superarlo.

No estoy hablando aquí de ser adictos a la desgracias y al dolor. No estoy hablando de crear un dolor innecesario. Estoy hablando del legítimo malestar que a veces necesitamos sentir mientras nos curamos.

LIDIEMOS CON LA FAMILIA

Hay muchos caminos para el cuidado de uno mismo con las familias.
Algunas personas eligen cortar el contacto con los familiares durante un tiempo. Otras escogen permanecer en contacto con los familiares y aprender diferentes conductas. Algunos se desconectan por un tiempo y luego regresan lentamente sobre una base diferente.

No hay una manera perfecta de lidiar con nuestros familiares en la recuperación. A cada uno de nosotros, le corresponde escoger un camino que se adapte a nosotros y a nuestras necesidades en un momento dado.