viernes, 11 de octubre de 2013

SEAMOS AMABLES CON NOSOTROS MISMOS EN ÉPOCAS PENOSAS



El proceso de adaptarse al cambio y a la pérdida consume energía. La pena nos drena, a veces nos deja exhaustos. Algunas personas necesitan “meterse en su capullo para transformarse”, según las palabras de Pat Carness, mientras atraviesan el proceso de duelo.
Nos sentimos más cansados de lo común. Nuestra capacidad para funcionar bien en otras áreas de nuestra vida puede reducirse temporalmente. Quizá queramos escondernos en la seguridad de nuestro dormitorio. La pena es gruesa. Nos puede acabar.
Está bien ser gentiles con nosotros mismos cuando estemos atravesando cambios y el proceso de pena. Queremos mantener las disciplinas de la recuperación, pero podemos ser compasivos con nosotros mismos. No tenemos por qué esperar más de nosotros mismos de lo que podemos dar durante estas épocas. Ni siquiera tenemos por qué esperar tanto de nosotros mismos como esperaríamos normal y razonablemente.