sábado, 18 de octubre de 2014

LA SUSTANCIA SOBRE LA FORMA


No tiene nada de malo que queramos lucir lo mejor posible. Ya sea que estemos luchando por crearnos un yo, una relación o una vida, necesitamos tener algunas ideas sólidas acerca de cómo queremos que eso se vea.

La forma nos da un lugar por dónde comenzar. Pero para muchos de nosotros, la forma ha sido un sustituto de la sustancia. Podemos habernos concentrado en la forma para compensar el hecho de sentir miedo o sentirnos inferiores. Podemos habernos concentrado en la forma porque no sabíamos concentrarnos en la sustancia. La forma es el perfil de las cosas; la sustancia es con lo que llenamos ese perfil. Llenamos nuestro perfil siendo auténticos; llenamos el perfil de nuestra vida echándole ganas a la vida y participando en ella al máximo de nuestra capacidad.

TIREMOS EL LIBRO DE REGLAS


Muchos de nosotros sentimos que necesitamos un libro de reglas, un microscopio y una garantía para poder vivir. Nos sentimos inseguros, asustados. Queremos la seguridad de saber lo que va a suceder y cómo debemos actuar.

¡No confiamos en nosotros mismos ni en la vida. No confiamos en el Plan. Queremos tener el control!

“He cometido terribles errores en las elecciones que he hecho, errores que casi han destruido mi vida. La vida verdaderamente me ha provocado shock. ¿Cómo puedo confiar en mí mismo? ¿Cómo puedo confiar en la vida y en mis instintos después de lo que he sufrido?”, preguntó una mujer.

LOS SENTIMIENTOS Y EL SOMETIMIENTO


El sometimiento es una experiencia altamente espiritual y personal.
El sometimiento no es algo que podamos hacer dentro de nuestra cabeza. No es algo que podamos obligar o controlar con la fuerza de voluntad. Es algo que experimentamos.

La aceptación o sometimiento,no es un paquete limpio. A menudo, es un paquete lleno de sentimientos difíciles:ira, indignación y tristeza, seguidos por la liberación y el alivio. A medida que nos sometemos, experimentamos nuestra frustración y nuestra ira hacia Dios, hacia otra gente, hacia nosotros y hacia la vida. Luego llegamos a la médula del dolor y la tristeza, del gran peso emocional interior que debe salir antes de que podamos sentirnos bien. Con frecuencia, estas emociones tienen conexión con la curación y se liberan a un nivel profundo.