viernes, 9 de septiembre de 2016

ENCONTREMOS UNA DIRECCIÓN EN NUESTRAS VIDAS

Resultado de imagen para ENCONTREMOS UNA DIRECCIÓN EN NUESTRAS VIDAS
Yo solía pasar tanto tiempo reaccionando y respondiendo a todos los demás, que mi vida no tenía una dirección. La vida de otras personas, sus problemas y deseos disponían el curso de mi vida. Una vez que me di cuenta de que estaba bien que pensara en lo que quería y lo identificara, empezaron a tener lugar en mi vida cosas notables. 

Cada uno de nosotros tiene una vida que vivir, una vida que tiene un propósito y un significado. Podemos ayudarle a nuestro Poder Superior a que dé dirección y propósito a nuestra vida fijando metas.
Podemos fijar metas anual, mensual o diariamente en tiempos de crisis. Las metas crean una dirección y un ritmo; las metas nos ayudan a tener una vida gobernable dirigida de acuerdo con el curso que hemos elegido para nosotros mismos.
Podemos ayudarnos a dar dirección a nuestras vidas fijando metas.

"Hoy prestaré atención a fijar para mi vida un curso
 de acción, en vez de dejar que me arrastre cualquier viento".

IMPOTENTES SOBRE LOS DEMÀS

Resultado de imagen para IMPOTENTES SOBRE LOS DEMÀS
Dejemos de disculpar a las otras personas. Dejemos de disculparnos a nosotros mismos.

Aunque es nuestra meta desarrollar la compasión y lograr el perdón, la aceptación y el amor, también es nuestra meta aceptar la realidad y hacer que la gente sea responsable de su propia conducta. Podemos también hacernos nosotros responsables de nuestra propia conducta y, al mismo tiempo, tenernos compasión, ser comprensivos con nosotros mismos. Cuando nos declaramos impotentes, no nos estamos declarando irresponsables.
No tenemos el poder de controlar a los demás, lo que hacen, lo que hicieron, o lo que podrían hacer. Estamos declarando que estamos dispuestos a dar fin a una vida ineficaz basada en la fuerza de voluntad y en el control. Y estamos comenzando un viaje espiritual, mental y emocional en el que asumimos la responsabilidad que tenemos para con nosotros mismos.
No somos víctimas. No estamos desamparados. Aceptar la impotencia cuando eso es lo adecuado nos capacita para adueñarnos de nuestro verdadero poder para cuidar de nosotros mismos.

"Hoy evitare disculparme por mi propia conducta o por 
la de alguien mas. Dejare que las consecuencias y la 
responsabilidad recaiga donde corresponda".