lunes, 26 de marzo de 2012

CONFÍA EN TU PAREJA...TU ERES LA ELEGIDA

En la confianza, el amor crece y se fortalece, pero cuando adolecemos de ella, nuestro compromiso sentimental sufre un grave ataque que le deja al borde de la muerte. Debemos confiar y entregar confianza para que el amor pueda seguir existiendo, de lo contrario, perecerá.

Queremos mirar a los ojos del hombre que amamos sin temores, sin dudas. Queremos sentir que ese amor es plenamente correspondido y aceptado sin necesidad de que nosotras sintamos ganas de controlar a nuestro amado. Pero existen oportunidades en las que esto se nos dificulta… ¿Por qué será?

Algunas mujeres no confían porque sus corazones están llenos de los fantasmas de un ayer: una mala experiencia les llenó de dolor y ahora viven pensando en las heridas que no les serán ocasionadas nuevamente. Otras, están llenas de inseguridades: se aman tan poco a sí mismas, que creen que no son dignas de que alguien les ame con gran intensidad, otras porque su pareja ya les fue infiel y ya no confían y otro grupo, se limita a pensar que “todos los hombres son iguales”, por lo cual, no buscan otro hombre mejor para sus vidas, se conforman con nada y se acostumbran a los atropellos. ¿Qué pides tú?


Sean cuales sean nuestras razones para no tener fe en el amor, debemos tener claro algo:
El ayer está muerto, nosotras somos quienes intentamos resucitarlo para estropear los pasos que estamos dando en el presente, porque es paradójico que recordemos más lo que nos hace llorar que lo que nos ayuda a sonreír; por lo tanto, no hay razones para no creer cuando hemos sido bendecidas con miles de nuevas oportunidades para amar.

Si nos seguimos atando a nuestros miedos, lo más probable es que jamás podamos confiar y que en consecuencia, se nos escapen esos maravillosos regalos que han llegado hasta nosotras.

Cada vez que buscamos el lado malo, la mentira, la malicia, el engaño; nos estamos privando de confiar, de reconocer que el otro no está con nosotras porque le hemos puesto un grillete en el pie, sino porque prefiere estar con nosotras aún y cuando hay millones de mujeres más en el mundo: ¡Nosotras somos las elegidas!

Es muy triste que no logremos ver las cosas en sus verdaderas dimensiones: a veces provocamos que se repitan historias negras, pero no porque lo deseemos, sino porque con nuestra actitud lo consentimos.

Debemos empezar por amarnos a nosotras mismas, por reconocer nuestro inmenso valor y auto respetarnos. Esta es la única forma en la que podemos confiar en nuestro amado: en la seguridad de que nosotras merecemos ser amadas.

La decisión de confiar o no depende de nosotras, es nuestra decisión convertirnos en detectives o en mujeres que amamos en libertad.

“SI UNO QUIERE DESPERTAR CONFIANZA,
 DEBE SER DIGNO DE CONFIANZA”
STEPHEN COVEY


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