sábado, 12 de mayo de 2012

¡LAS MADRES NO MUEREN!

“Generalmente las madres más que amar a los hijos, se aman en los hijos”.

Cuando estamos pequeños no valoramos a la madre cuando están junto a nosotros, tal vez por la condición de niños.

Cuando estamos adolescentes no la queremos a nuestro lado, porque nos impone reglas y límites y nos impide vivir a plenitud los vuelos juveniles.

Cuando cumplimos los 18, nos creemos lo suficientemente fuertes para enfrentar los desafíos que la nueva vida nos trae.


“Ingenuo engaño” cuando descubrimos sobre qué rumbo debemos seguir, volvemos a la casa materna, único espacio posible de guarida y comprensión.


A los 20 me di cuenta que la muerte materna era posible, solo requería lentitud fue cuando me case, planté bandera de independencia y seguí el viaje. Pero bastó ver nacer a mi hijo, para descubrir que ese ser llamado madre se transformaría en un espécimen aún más vigoroso llamada ABUELA. Para quien aún no vivió la experiencia, abuela es madre en dosis doble.
Cuando menos esperaba ella decidió morir así, sin más, ni menos, sin pedir permiso sin hora marcada, u ocasión para la despedida.
Ella simplemente se fue, dejándome la lección, las madres son para siempre.
Al contrario de lo que siempre imaginé son ellas las que deciden cuanto esta eternidad puede durar en la vida.
No sé… si la vida es corta o es demasiado larga para nosotros. Solo sé que debemos demostrar nuestro amor a las personas, mientras ellas están por aquí.
Es por eso que tenemos que amarlas siempre y no matarla en vida, nunca sabremos cuando ella va a querer partir. El vacío que queda nunca conseguiremos llenarlo.
Para quien aún la tiene a su lado ámala, abrázala siempre y para quien ya no la tiene, guarda sus recuerdos en el más precioso de los baúles.
Donde quiera que ella esté, debes saber que siempre va a entender el mensaje, va a llorar cuando llores, va a sonreír cuando sonrías, va a velar por tu sueño, como lo hacía cuando eras una niña.
De verdad te digo; no esperes su partida para darle amor, un día vas a descubrir que tal vez la persona que más te amo en la vida, fue ella.
Si ella está  a tu lado, dale un beso y un abrazo y dile lo que ella siempre quiso oír: MAMÁ YO TE AMO, GRACIAS POR EXISTIR.
Y si ella ya no está  a tu lado; cierra los ojos y haz una oración por ella, agradeciendo por la vida y también diciendo que la amas.

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