jueves, 2 de agosto de 2012

¿QUÉ ES LA FIDELIDAD PARA TI?



¿Se puede ser infiel con el pensamiento? ¿Es malo pensar en otra persona cuando se tiene pareja? ¿Si sólo son pensamientos, crees que importa?
La fidelidad es de cuerpo y es de mente. Así como también es cierto que quien en realidad ama, jamás será infiel…
Debemos ser fieles a nuestras decisiones, a nosotras mismas, y por supuesto, a nuestra pareja. No podemos decir “yo amo a mi novio”, “yo amo a mi esposo”, “yo amo a mi prometido” cuando nuestros ojos miran hacia otros lugares, cuando nuestra alma nos envía una señal de alerta para decirnos que hemos ingresado por la puerta equivocada. Debemos reconocer lo que hay en nuestro corazón, debemos ser transparentes con ello, no sólo por nuestra propia felicidad, sino por la de aquella persona que se engaña al creer que tiene una pareja cuando sólo tiene un bulto de indecisiones que debe llevar en su espalda.
·         Muchas personas creen que se es infiel cuando se empieza a pensar románticamente en otro ser, es decir, cuando empiezas a fantasear con vivir ciertas situaciones con alguien que no es su pareja, sacando como puntual conclusión que “la carne es débil”.
·         Otras, dicen que la infidelidad sólo es de corporeidad y sólo acontece cuando te entregas a un o una tercera, puesto que pensar en otra persona sólo se queda en lo abstracto y no llega a materializarse.
¿Cuál es tu versión de la fidelidad? ¿Tú también apeteces convertirte en “filósofa” del amor para cambiar las cosas a tu conveniencia?
Debemos dejar de ser tan acomodadas a las circunstancias para justificar nuestras malas acciones, debemos ser sensatas y responsabilizarnos de nuestra vida, la infidelidad es de cuerpo y es de mente, ¿qué no lo notas? No puedes quitarte el amor como si fuese una ropa, no puedes decir “de las puertas de mi casa hacia adentro soy comprometida, y de las puertas de mi casa hacia afuera soy soltera”. Cuando empiezas a pensar en alguien diferente a tu pareja, cuando tienes relaciones sexuales con alguien diferente a tu pareja, cuando intentas darle celos a un amor del pasado, cuando ocultas tus sentimientos hacia un tercero, no seas cínica, acéptalo…¡eres infiel!
La fidelidad es una expresión del amor, nadie puede amar a dos personas al mismo tiempo: sólo se necesitan dos alas para volar, la tercera ya es una especie de “deformidad”. Tal vez para muchos la monogamia es un cuento pasado de moda y moralista, pero lo cierto es que cuando una persona se adueña de tu corazón, ya no hay espacio para nadie más, puede pasar Tom Cruise por tu lado y tu ni darte por enterada: ¿acaso no recuerdas la primera vez que salías con ese amor que parecía “platónico”? Sólo tenías cabeza para él, para sus palabras, para sonreír como tonta cada vez que recordabas una de sus ocurrencias…
Por ello, sorprende sobre medida que existan mujeres que acepten que sus compañeros sentimentales “piropeen” a otra mujer en sus presencias con el argumento de que “los ojos se hicieron para mirar”. Y es cierto, los ojos se hicieron para “mirar” y no para “ver”, el mirar va más allá del aspecto físico, entonces, ¿en realidad se está mirando?  ¿O se está viendo? Y más allá de eso, ¿qué se hace al lado de una persona tan superficial? ¿Qué se hace con una persona que no valora a nadie y sólo se fija en figuras esbeltas? ¿Acaso la belleza física es inmortal?
Como lo hemos dicho en ocasiones anteriores, “el corazón se manda sólo”, pero nosotras no debemos traspasar las barreras del cinismo y el descaro para no asumir las responsabilidades de lo que pasa con nuestros sentimientos.
Podemos cambiar de parecer cuando queramos, pero no tenemos derecho a lastimar a las personas que nos entregan su corazón. Debemos ser sinceras con nuestras parejas, a ellos les dolerá saber que ya no les amamos, pero con el pasar del tiempo agradecerán nuestro gesto, porque en lugar de seguir pisoteándoles, decidimos ser sensatas y honrar el amor que nos regalaron diciendo la verdad, dejando de estorbar en el camino y devolviéndoles la oportunidad de encontrar un nuevo amor que sane sus heridas y viva para hacerles felices, tal y como lo merecemos nosotras.
La infidelidad no sólo va contra los demás, también contra nosotras mismas, quien ama nunca será infiel…
Autor: Lluvia.¿Qué es la fidelidad para ti?
¿Se puede ser infiel con el pensamiento? ¿Es malo pensar en otra persona cuando se tiene pareja? ¿Si sólo son pensamientos, crees que importa?
La fidelidad es de cuerpo y es de mente. Así como también es cierto que quien en realidad ama, jamás será infiel…
Debemos ser fieles a nuestras decisiones, a nosotras mismas, y por supuesto, a nuestra pareja. No podemos decir “yo amo a mi novio”, “yo amo a mi esposo”, “yo amo a mi prometido” cuando nuestros ojos miran hacia otros lugares, cuando nuestra alma nos envía una señal de alerta para decirnos que hemos ingresado por la puerta equivocada. Debemos reconocer lo que hay en nuestro corazón, debemos ser transparentes con ello, no sólo por nuestra propia felicidad, sino por la de aquella persona que se engaña al creer que tiene una pareja cuando sólo tiene un bulto de indecisiones que debe llevar en su espalda.
·         Muchas personas creen que se es infiel cuando se empieza a pensar románticamente en otro ser, es decir, cuando empiezas a fantasear con vivir ciertas situaciones con alguien que no es su pareja, sacando como puntual conclusión que “la carne es débil”.
·         Otras, dicen que la infidelidad sólo es de corporeidad y sólo acontece cuando te entregas a un o una tercera, puesto que pensar en otra persona sólo se queda en lo abstracto y no llega a materializarse.
¿Cuál es tu versión de la fidelidad? ¿Tú también apeteces convertirte en “filósofa” del amor para cambiar las cosas a tu conveniencia?
Debemos dejar de ser tan acomodadas a las circunstancias para justificar nuestras malas acciones, debemos ser sensatas y responsabilizarnos de nuestra vida, la infidelidad es de cuerpo y es de mente, ¿qué no lo notas? No puedes quitarte el amor como si fuese una ropa, no puedes decir “de las puertas de mi casa hacia adentro soy comprometida, y de las puertas de mi casa hacia afuera soy soltera”. Cuando empiezas a pensar en alguien diferente a tu pareja, cuando tienes relaciones sexuales con alguien diferente a tu pareja, cuando intentas darle celos a un amor del pasado, cuando ocultas tus sentimientos hacia un tercero, no seas cínica, acéptalo…¡eres infiel!
La fidelidad es una expresión del amor, nadie puede amar a dos personas al mismo tiempo: sólo se necesitan dos alas para volar, la tercera ya es una especie de “deformidad”. Tal vez para muchos la monogamia es un cuento pasado de moda y moralista, pero lo cierto es que cuando una persona se adueña de tu corazón, ya no hay espacio para nadie más, puede pasar Tom Cruise por tu lado y tu ni darte por enterada: ¿acaso no recuerdas la primera vez que salías con ese amor que parecía “platónico”? Sólo tenías cabeza para él, para sus palabras, para sonreír como tonta cada vez que recordabas una de sus ocurrencias…
Por ello, sorprende sobre medida que existan mujeres que acepten que sus compañeros sentimentales “piropeen” a otra mujer en sus presencias con el argumento de que “los ojos se hicieron para mirar”. Y es cierto, los ojos se hicieron para “mirar” y no para “ver”, el mirar va más allá del aspecto físico, entonces, ¿en realidad se está mirando?  ¿O se está viendo? Y más allá de eso, ¿qué se hace al lado de una persona tan superficial? ¿Qué se hace con una persona que no valora a nadie y sólo se fija en figuras esbeltas? ¿Acaso la belleza física es inmortal?
Como lo hemos dicho en ocasiones anteriores, “el corazón se manda sólo”, pero nosotras no debemos traspasar las barreras del cinismo y el descaro para no asumir las responsabilidades de lo que pasa con nuestros sentimientos.
Podemos cambiar de parecer cuando queramos, pero no tenemos derecho a lastimar a las personas que nos entregan su corazón. Debemos ser sinceras con nuestras parejas, a ellos les dolerá saber que ya no les amamos, pero con el pasar del tiempo agradecerán nuestro gesto, porque en lugar de seguir pisoteándoles, decidimos ser sensatas y honrar el amor que nos regalaron diciendo la verdad, dejando de estorbar en el camino y devolviéndoles la oportunidad de encontrar un nuevo amor que sane sus heridas y viva para hacerles felices, tal y como lo merecemos nosotras.
La infidelidad no sólo va contra los demás, también contra nosotras mismas, quien ama nunca será infiel…
Autor: Lluvia.

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