jueves, 3 de enero de 2013

FORMAS DE VER Y DE AYUDAR



Algunas personas son demasiado miopes; tienen el defecto de que no ven sino lo que está muy cerca y no observan la vida más allá de sus narices. Hay otras que solo ven de lejos y, por ende, no identifican las cosas buenas que tienen al lado. Hay quienes sufren de astigmatismo y escasamente ven imágenes deformadas. ¡De esos abundan en todas partes! No faltan los que utilizan lupas, esos artefactos que lo único que hacen es ayudarles a ver sus problemas más grandes de lo que realmente son. NO podemos dejar de mencionar a los que ven el vaso ‘medio vacío’ porque, según ellos, “nada sirve”, “nada funciona”, “nada es suficiente”... Claro está que los peores son los que no quieren ver.


 Hablamos de los ciegos espirituales. Son esas personas que no se fijan sino en sus problemas, sin detenerse a pensar en las angustias de sus familiares, amigos o vecinos. El egoísmo es, a mi juicio, una imperfección del corazón y, por qué no decirlo, también de la inteligencia. Todos debemos manifestar consideración hacia los demás y mirar la vida de una forma  humana. Hay que servir más porque, de esta forma podemos brillar. Todos, de alguna forma, tenemos que ser luces para los demás. Esas chispas no son más que los deseos de ser una mejor persona, de ayudar a quien nos pide una mano y, sobre todo, jamás hacerle daño a nadie. Los que brillan no son los que más alumbran, sino los que siempre tienen energía para colaborar. Hay miles de luces en el universo; pero hay un astro que tiene su propio brillo: ¡Ese es usted! El solo hecho de que usted respire es un resplandor que va más allá del planeta. Hay que agradecerle a Dios que todos los seres humanos seamos unas auténticas ‘estrellas’. También hay que tener presente que debemos ayudar a nuestros semejantes a levantar su carga, pero no nos consideremos obligados a llevárselas. Tampoco hay que ser ‘bobos’. ¡No se trata de hacer grandes sacrificios! Lo que se debe hacer es respetar los derechos de los demás, ser misericordiosos con todos y conservarnos limpios de corazón.

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