lunes, 19 de diciembre de 2016

HOMBRES QUE SE HACEN LAS VICTIMAS

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A las mujeres nos suelen acusar de hacernos las víctimas por todo, pero es innegable que hay muchos hombres especialistas en hacerse las víctimas y no asumir responsabilidades.

No permitas que sus berrinches tengan premio. No cedas ante los chantajes emocionales y establece límites a sus manipulaciones.

Eres mujer, eres todo sentimientos… ¡pero que no te los manipulen para salirse con la suya!
Muchas veces hemos sido víctimas de maltrato, abuso de confianza, mentiras, y manipulaciones. Toda vez que nos hemos quejado, lamentado o reprochado frente a nuestro hombre, él ha sabido terminar o esquivar la discusión o el momento diciéndonos “que dejemos de victimizarnos”, “que ya no seamos víctimas” o lo peor aún nos han “etiquetado como víctimas frente a nuestros amigos o familiares.”

Sin embargo, en otras ocasiones, ellos suelen disfrazarse de víctimas para manipular nuestras acciones o sentimientos.


Y cuando los hombres se colocan en esa postura; no hay quien los soporte. Su exquisita fuerza para llamar nuestra atención llega a ser desquiciante, aunque muchas veces cedemos. Lo hacemos por amor, lo hacemos para no generar conflictos, lo hacemos para no escucharlos más.

Pero más allá de nuestra fuerza de voluntad, la relación se torna tóxica, vacía, dependiente y nos adentra en un círculo vicioso:
Él se queja, llora, se enoja, se siente incomprendido; ella lo escucha, trata de mantener la calma, de saciar sus necesidades, pero él se sigue quejando; no hay solución al conflicto. ¿Qué quiere este hombre?

A veces los hombres no quieren soluciones, o mejor dicho, buscan soluciones mágicas, la píldora que le de por cumplido sus deseos más infantiles. Y para ello requieren de nosotras todo aquello que nosotras no deseamos colaborar.
Es que señoras, una pareja no es un hijo que va a tirar de la falda hasta que nos convenzan de sus berrinches.

Cuando un hombre está en su papel de víctima, nos dice con su disposición corporal y verbal que todo lo que le pasa de terrible en su mundo es consecuencia del exterior. Y nosotras, ¿dónde estamos? Sí, en el exterior. Busca fuera de si las causas de sus males; por lo tanto no está abierto a la autocrítica, a esta imperiosa herramienta para reflexionar sobre su actitud y acciones y por ende cambiar el rumbo.
Ese hombre ve todo con ojos de escasos, no importa lo que le des, nunca le alcanzará, pues mira siempre lo que le falta. Es como un barril sin fondo.

Buscará y encontrará hechos que justifiquen su modo de operar, y te hará sentir terriblemente egoísta y culpable por la situación.

No verá más allá de lo que desee ver; se limitará y por ende te limitará a ti; proyectará su desdicha en tu persona; e intoxicará tu energía.

La mejor forma de salir de esta relación enferma, es estableciendo límites. Te daré algunos ejemplos:
“Mi novio o esposo se hace la víctima cuando salgo con mis amigas, por eso he decidido no hacerlo”
¡Gran error! Estás al servicio de su juego; él gana sobre una competencia que nadie había iniciado. Si quieres fortalecer la relación plantéale tu necesidad de tener vida social, eres un ser humano que requiere alivianarse, distraerse y divertirse.

“Mi novio o esposo se hace la víctima cuando compro con mi sueldo algo para mí, por eso prefiero dedicar todo el dinero a la casa”
¡Gran error! Tú mereces tu auto-reconocimiento, tu propia realización; ¿por qué darle sólo gusto a los demás? Actuar de esta forma sólo alimenta una pelea en el futuro. Una cosa es gastarnos el dinero destinado a un pago y otra cosa es hacer “estoy y aquello.” Si tu hombre no lo comprende, busca con astucia la forma de demostrarle lo bien que has invertido tu dinero.

“Mi novio o esposo se hace la víctima si no le doy la clave de mis correos o redes sociales, por ende se las he dado”
¡Gran error! Tu intimidad es tuya y de nadie más. Si tu pareja requiere controlarte para estar seguro de ti, por favor busca un hombre y deja de salir con un niño. La madurez es fundamental para el éxito de tu vínculo. Cada quién tiene un mundo personal. Cada quién es un individuo.

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