La felicidad está siempre ahí; en un árbol, en las personas, en todo
lo hermoso que hay a cada paso; un niño, una aurora, los ojos de aquel que nos
mira y nos ama.
Las personas olvidan que la felicidad depende de su actitud, no de las
circunstancias. La gente feliz se siente mejor, goza de mayor salud y vive más
años, pero ¿cómo llegar a ella? Como conseguir ser felices, incluso azotados
por la adversidad o con graves carencias?
Por favor reflexionemos un poco y pensemos que las posesiones, el
éxito social, la fama y los lujos no nos dan la felicidad y siempre han sido
secundarios para, recordemos que una vida sencilla y modesta es lo mejor para
el alma, el cuerpo y la mente.
Para ser felices debemos perdonar, no viajemos al ayer con odio o
culpa, y no viajemos al mañana con miedo y preocupación, por eso es tan
importante estar en paz con el pasado.
Lo único que realmente cuenta es el amor incondicional, respetuoso,
sincero, tolerante, tierno y generoso, que el amor sea tu religión, cree que
cada momento es perfecto en el aparente sin sentido de la vida. Eres feliz si
crees más y más en la aceptación serena de todo lo que vives. Ejercita una
actitud de obediencia y flexibilidad y se dócil frente a la voluntad divina.
Una persona iluminada dice: aquí estoy señor para hacer tu voluntad.
La persona poco espiritual dice: esto es lo que yo quiero.
La persona iluminada solo se pregunta; ¿Qué es lo que me pide ahora el
amor (Dios)?. La persona espiritual practica el hermoso arte de dar sin esperar
recibir, en cada situación se pregunta; ¿Cómo puedo servir? ¿Qué puedo aportar?
Da más a los demás que así misma.
La persona que es feliz, siempre lo está así su amado no este con ella,
porque sabe que lo ama.