Algunas
personas son portadoras de negatividad. Son almacenes de ira acumulada y de
emociones volátiles. Algunas permanecen atrapadas en el papel de víctimas y
actúan de manera que prolongan su victimización. Y otras siguen presas en el
ciclo de patrones adictivos o compulsivos.
La
energía negativa nos puede dar un buen tirón, especialmente si estamos luchando
por mantener una energía positiva y un equilibrio.
Podría
parecer que a aquellos que exudan energía negativa les gustaría arrastrarnos
con ellos a la oscuridad. No tenemos por qué ir. Sin juzgarlos, podemos decir
que está bien alejarnos de ellos, que está bien protegernos a nosotros mismos.
No
podemos hacer cambiar a las otras personas. A los otros no les ayuda que
perdamos el equilibrio. No conducimos a los otros a la Luz si nos metemos con
ellos en la oscuridad.
"Hoy,
Dios mío, ayúdame a saber que no tengo por qué permitirme a mí mismo que me
arrastren a la negatividad, aunque sean los seres que amo. Ayúdame a fijar
límites. Ayúdame a saber que está bien que cuide de mí mismo".
(Melody
Beattie de su Libro El Lenguaje del Adiós).