Una relación de pareja necesita de un constante interés por nuestra
parte: lo que no cuidamos se pierde en nuestro olvido. Una pareja no
sobrevive por si sola ni por el esfuerzo desmedido de una de las partes. Una
relación es de dos personas que se
comprometen y luchan “hombro a hombro” por estar juntas.
El orgullo, el ego, el miedo, la desconfianza y muchos otros
sentimientos que manejamos de forma negativa nos hacen crear un círculo vicioso
en donde no gana nadie, pero en el que sí perdemos todos: ¿Cuántas veces no has pronunciado un
“lo siento” por orgullo? ¿Cuántas veces en un momento de disquisición has
preferido hacer como si odiaras a aquella persona? ¿Cuántas veces pensando en
la seguridad de tenerle a tu lado, te has olvidado de dar aquellos detalles que
tanto le cautivaban?