Todos tenemos algo que está dentro
de nosotros que, sin ser del todo ‘malo’, puede hacernos pasar situaciones
desagradables.
¡Hablamos del orgullo!
No es que sea ‘pecado’ estar
orgullosos de las cosas buenas que hemos logrado a lo largo de los años.
Sentimos ‘orgullo del bueno’ cuando actuamos con sinceridad, humildad y
respeto, sobre todo, es un orgullo ser buena gente.
Lo errado es ‘sobredimensionarnos’.