La sabiduría popular, dentro de su gran abanico de posibilidades, asegura que “quien juega con fuego, se quema”, sin embargo, muchas veces nos creemos pirómanas, expertas en tragar y hacer malabares con fuego sin que su calor nos llegue a rozar ni tan siquiera por un milímetro.
No en vano se pronunciaron estas palabras y hay muchas formas de
quemarse, no sólo el cuerpo sino también el alma y el corazón.
Algunas personas usan como mejor criterio para iniciar una relación de
pareja, el hecho de ser amadas, y sencillamente, lo único que quieren es dejar pasar los días y tener a alguien
a su lado. Por ello, en ciertas ocasiones tienen pensamientos como:
“voy a estar al lado de Juanito, pero sólo porque no quiero estar sola”,
“¡No importa! Yo ando con esta persona para llenar el vacío que hay en el lugar
de mi pareja” o “Estoy con él mientras tanto, mientras llega una persona que
verdaderamente me atraiga y me enamore”.