Vivir una relación sin apegos realmente es posible. No se trata de dejar ir nada, sino más bien de cambiar nuestras expectativas de lo que queremos de la relación. No importa mucho que tan espiritual o evolucionado seas, las relaciones nos retan y sacan a flote nuestras partes oscuras. Sobre todo, nos enseñan dónde tenemos que trabajar para limpiar esas partes de nosotros.
Pareciera que hay un mapa para las relaciones que todos esperan seguir. Nos conocemos, nos gustamos, nos besamos, nos juntamos, pasamos más y más tiempo juntos, nos decimos “te amo”, conocemos a nuestras familias, y nos casamos, y lo demás sigue su curso.
Sin embargo eso no es amor libre, eso es seguir un plan, y un plan bastante limitado en mi opinión.
Espiritualidad es relación de amor constante con Dios; para los místicos Dios es el Amado.
Espiritualidad es vibrar en el amor sincero a sí mismo, a Dios, a los otros y al universo entero. Es conciencia despierta para amar en el aquí y el ahora de un modo incondicional sin los delirios del Ego. Espiritualidad es derribar todos los muros y sentirse uno con todo y con todos los seres. Espiritualidad es trascender, conectarse con el infinito y no perderse en lo aparente, es vivir libre de apegos.
Hay espiritualidad donde brillan la compasión, la entrega generosa, la tolerancia y la paz interior. Una persona espiritual se abstiene de juzgar, discriminar, manipular, odiar o maltratar. Espiritualidad es la conciencia de Dios en ti, es amor puro, es el Reino de Dios en tu alma y en tu vida.