La vida casi nunca es como quisiéramos, está llena de desilusiones,
decepciones, traiciones y nuevos problemas que llegan cada día.
Podemos vivir enojadas, recordando en cada momento el
infortunio de nuestras vidas, y tendríamos justificación para pensar así.
Pero con un enojo constante no podremos ser felices, y ¿qué mas da que
no todo sea como quisiéramos? Dejemos el desánimo de lado y vivamos la
vida en plenitud.
Si cuando caminas por la calle te fijas en las caras de las personas,
notarás que la mayoría de ellas van serias, en su mundo, gesticulando sus emociones tóxicas,
rumiando sus temores. Pocos esbozan una sonrisa, o miran hacia
delante triunfantes el camino.
Sin duda no nos faltan razones para estar detenidas en lo oscuro, en la
noche. La vida casi nunca es como
quisiéramos y por eso creemos que es válido y razonable refunfuñar
a cada momento.