El ayer no existe como presente, pero
si existe como parte de nosotros mismos, la mejor prueba es como nos amarga, a
cada uno, con las vivencias del pasado.
La
prueba irrefutable de que el pasado existe son los mandatos que cada uno
recibió. Por
ello una cosa es negar el pasado y otra es vivir en el.
En realidad el pasado vive en cada uno
de nosotros, en la medida y trascendencia que nosotros mismos le damos.
Solo
cada uno de nosotros somos los responsables de la importancia que asignamos a
cada hecho del pasado.
Por
ello el budismo ZEN, un budismo de meditación, trabaja solamente con el hoy, el
famoso – AQUÍ Y AHORA –
Si
realmente lo pudiéramos internalizar en parte, sufriríamos mucho menos por lo
que nos paso, juzgaríamos menos al pasado y a las personas del pasado y
estaríamos mas libres, mas livianos.
Las
actitudes del presente de cualquier persona, te muestran como está, y como es
la persona en esos momentos, no siempre somos iguales, a veces mejores, a veces
peores.