Otras
mujeres, cada vez más, nos
atrevemos a querer más, a desear más, y a soñar con más.
Y
hemos descubierto que la mujer puede lograr todo aquello que se proponga.
Ha existido por siempre,
desde años remotos, esa idea absurda de que la mujer sólo es útil en el hogar,
cuidando a los hijos, lavando y planchando… y aunque va más allá de todo
pensamiento sensato, nos damos cuenta de que la mayoría de las mujeres, aun
cuando trabajan y son profesionales (no
hablo de todas, por supuesto), tienen su autoestima baja, se
sienten inseguras y con la percepción de que no pueden hacer las mismas cosas
que los hombres.
Pese
a que logramos tener los puestos de trabajo que muchas veces hemos deseado, no
acabamos de sentirnos satisfechas o contentas, porque de algún modo sentimos
que en el fondo no nos lo merecemos.