Un día decides enfrentar la realidad, pero a
nadie le gusta descubrir que hemos amado a quien no se lo ha merecido nunca,
que estamos en una vida equivocada, que él no es para ti y que por tu propio
bien la relación debe finalizar.
Nadie tiene derecho a menospreciar el amor
que hemos regalado, es natural sentir rabia al descubrir que se ha jugado con
nuestros sentimientos.
Estás en todo tu derecho de estar muy enojada
y te sientes así, porque nadie tiene el poder de reírse de los sentimientos que
has dado.
Cuando estás con alguien ya no existen las
vergüenzas, los secretos se comparten, por lo tanto, ya no son “secretos” como
tal; entregas todo de ti y lo mínimo que
exiges es honestidad. Esperas vivir y compartir tu vida con una persona digna,
pero las cosas no siempre salen como queremos…