Dice el
proverbio popular “Dime con quién andas y te diré quién eres”; no se camina con
Dios practicando la injusticia. No se está viviendo para Dios mientras se está
dando rienda suelta a los gustos y antojos de la carne. No es posible. Hay quienes
lo hacen: practican la injusticia y van a los templos cada domingo a “adorar”,
pero eso no es caminar con Dios, eso es jugar a la religión, y ese es un juego
que siempre termina mal.
“DIOS NO ELIGE PERSONAS CAPACITADAS,
ÉL CAPACITA A LOS ELEGIDOS”