A ti mamá… Que no sabes las veces que te has despertado durante las noches en tu vida para atenderme. Ya hace tiempo que te marchaste pero aún sigo en duelo y pienso en el día de tu partida, un día marcado en el calendario como el peor de mi vida. Nadie está preparado para que una madre se vaya, no importa las circunstancias, simplemente nunca es el momento. Te quería a mi lado para siempre, aunque sé que la naturaleza no lo hubiera permitido.
Desde tu marcha siento que me han arrancado un trozo de corazón y que no me lo devolverán jamás. Cada vez que miro a mis hijos, me gustaría que pudieras ver todo lo que yo veo. Ver cómo crecen, cómo juegan, cómo maduran con el paso de los años.

