domingo, 6 de septiembre de 2015

ADUEÑEMONOS DE NUESTRA ENERGIA


Te recomiendo leer.....Aprende a guardar tu energía en el interior. Women, Sex and Addiction (Mujeres, sexos y adicción) de Charlotte Davis Kasi.

Por muchas razones podemos haber dominado el arte de regalar nuestra energía. Podemos haberlo aprendido cuando eramos chicos porque, los sentimientos que teníamos eran demasiado abrumadores para sentirlos, y no sabíamos cómo procesarlos.

Gran parte de nuestra obsesión, de nuestra intensa atención en los demás, se hace para facilitar esta experiencia "fuera del cuerpo" 

Nos obsesionamos, balbuceamos, nos ponemos ansiosos. Tratamos de controlar a los demás, de cuidarlos como nanas y de hacer alharacas cerca de ellos. Nuestra energía se desparrama sobre quien sea.

Nuestra energía es nuestra energía. Nuestros sentimientos, pensamientos, asuntos, amor, sexualidad; nuestra energía física, espiritual, sexual, creativa y emocional es nuestra.

Podemos aprender a tener límites sanos – parámetros sanos- acerca de nosotros y de nuestra energía. Podemos aprender a guardar energía en nuestro interior y a manejar nuestros asuntos.

DESAPÈGUEMONOS DE LOS HIJOS CON AMOR


Tenemos otras responsabilidades diferentes para con nuestros hijos y para con otros adultos. Somos económicamente responsables de nuestros hijos; somos responsables de satisfacerles sus necesidades físicas y materiales.

Necesitamos enseñarles a nuestros hijos a bastarse por sí mismos, desde cómo atarse los zapatos hasta cómo hacer planes sociales.

Necesitan nuestro amor y nuestra guía. Necesitan que se les haga respetar consistentemente los límites, una vez que los hemos establecido. Necesitan un ambiente de apoyo y cariño para crecer. Necesitan ayuda para aprender valores.

Pero nosotros no tenemos la responsabilidad de controlar a nuestros hijos. Contrariamente a la creencia popular, el controlar no funciona. Funciona la disciplina y el cariño si se les combina. La vergüenza y el sentimiento de culpa interfieren con el aprendizaje de nuestros hijos y con nuestro papel de padres. Necesitamos responderles a nuestros hijos de una manera responsable y hacerlos responsables de sus acciones de acuerdo con su edad. Sólo necesitamos hacer nuestro mejor esfuerzo.

LA VULNERABILIDAD DE LAS PALABRAS


Algunos de nosotros somos  vulnerables a las palabras.

Un "te quiero" dicho a tiempo. Un momento escogido para decir "lo siento". Una disculpa expresada en el tono correcto de voz. Una palmadita en la cabeza. Una docena de rosas. Un beso. Una tarjeta de felicitación. Unas cuantas palabras que prometen un amor aún no manifestado pueden meternos en la negación. A veces pueden mantenernos negarnos que se nos ha mentido, maltratado o que se ha abusado de nosotros.

¡Hay aquellos que deliberadamente se proponen dominarnos, controlarnos y manipularnos a través de palabras baratas! ¡Conocen, entienden perfectamente nuestra vulnerabilidad a unas cuantas palabras dichas a tiempo! Penetran nuestra ingenuidad. Saben lo que están haciendo. ¡Entienden el impacto que tienen sobre nosotros.

No tenemos por que darle tanto poder a las palabras, aunque esas palabras sean justamente la que queremos y necesitamos escuchar, aunque suenen tan bien, aunque parezcan detener el dolor.