Nuestra tarea no es una tarea ingenua de sentirnos a salvo, de vivir y de amar en un mudo utópico. Una mujer comentaba que nuestra tarea es hacernos sentir a salvo al tiempo que aprendemos a vivir y a amar en un mundo que es inseguro.
No queremos morar en los peligros, porque eso le da poder a lo negativo. Tampoco queremos ignorarlos o pretender que no existen.
Si fuéramos a tomar un baño de sol,no seríamos ingenuos acerca de los peligros del sol. Sabemos que los rayos dañinos pueden quemarnos. Tomaríamos medidas para protegernos, para que pudiéramos disfrutar de los beneficios del sol.
Esto es lo que una mujer, una profesional de la salud, me dijo:
Imagina un filtro que te rodea. Colócalo alrededor de ti, no tan pesado y grueso que no pueda penetrar la luz, ni tan delgado que te expongas al peligro.
No podemos darnos el lujo de permitir que nuestro interés principal en la vida sea el dinero. Eso no nos llevará a la abundancia que estamos buscando. Por lo general, ni siquiera nos llevará a la estabilidad económica.
El dinero es importante. Merecemos que se nos pague lo que valemos. Se nos pagará lo que valemos cuando creamos que lo merecemos. Pero a menudo fracasan nuestros planes cuando nuestra consideración principal es el dinero.
¿Qué es lo que realmente queremos hacer? ¿Qué nos sentimos conducidos a hacer? ¿ Qué nos están diciendo nuestros instintos? ¿Qué nos sentimos guiados a hacer? ¿Qué nos emociona hacer? Busca una manera de hacer eso, sin preocuparte por el dinero.
Considera los aspectos económicos. Fija límites acerca de lo que necesitas que te paguen. Sé razonable. Espera empezar desde abajo y trabaja para subir. Pero si te sientes conducido hacia un trabajo, ve por él.
¡No eres un victima!
¡Cuan inculcada puede estar nuestra auto imagen como victima!
¡Cuan habituados estamos a sentirnos desgraciados e impotentes! La victimización puede ser un velo gris que nos rodea, atrayendo aquello que nos victimara y haciendo que generemos los sentimientos de victimización.
¡La victimización puede ser tan habitual que incluso podemos sentirnos victimados por las cosas buenas que nos suceden!
¿Tienes un coche nuevo? Si, suspiramos, pero no corre tanto como yo esperaba, y después de todo, costo tanto...
¡Tienes una familia tan bonita! Si, suspiramos, pero hay problemas. Y hemos tenido épocas tan difíciles...
¡Bueno, ciertamente tu carrera va bien! Ah, suspiramos, pero hay que pagar tal precio por el éxito. Todo ese papeleo adicional...
He aprendido que si disponemos nuestra mente para ello, tenemos una increíble, casi aterradora capacidad para descubrir la desgracia en cualquier situación, aun en la más maravillosa de las circunstancias.