Todas soñamos con un hombre que nos ame, que nos consienta, cuide y
siempre esté pensando en nosotras… Un ser que nos llene de
esperanza, que respete nuestros espacios y nos tome de la mano para soñar
juntos con un futuro lleno de amor, en el que podamos reconocernos mutuamente
en los ojos.
Pero si esto es lo
que soñamos, si este es nuestro anhelo… ¿Cómo es que cambiamos tan fácil de
pensamiento?
Mirémoslo de esta
forma:
Reconocemos que el
amor es un sentimiento sublime, pero a la hora de buscar pareja, nos detenemos
en lo más sencillo, en lo superfluo y vano.
Zygmunt Bauman en su
libro "Amor Liquido” afirma que el amor se ha perdido, que ya todo se
desvanece en un parpadeo y no se hacen promesas con el sonido de una hermosa
serenata a la luz de la luna.
Ciertamente, lo que
reprocha Bauman es la capacidad que poseen las sociedades contemporáneas para
engañar a su propio corazón y hablar de amor cuando sólo se padece la
fiebre posmoderna del enamoramiento.