A veces, la vida y la gente
parecen presionar y presionar. Como estamos tan acostumbrados al dolor,
podremos decirnos a nosotros mismos que no nos duele. Como estamos tan
acostumbrados a que la gente nos controle y nos manipule, podremos decirnos que
estamos equivocados.
No estamos equivocados. La
vida nos está presionando y lastimando para captar nuestra atención. A veces,
el dolor y la presión apuntan hacia una lección. La lección puede ser que nos
hemos vuelto demasiado controladores. O quizá se nos está empujando para que
nos adueñemos de nuestro poder para cuidar de nosotros mismos. La cuestión son
los límites.
Si alguien o algo nos está
presionando hasta el límite, eso es exactamente lo que está sucediendo: nos han
presionado hasta nuestro límite. Podemos estar agradecidos por esa lección que
está aquí para ayudarnos a explorar nuestros límites y a fijarlos.
"Hoy me daré permiso para fijar los límites que
quiero y que necesito fijar en mi vida".