Aferrarse al pasado, ya sea a través de la culpa, de la
nostalgia, de la negación, del
resentimiento, o del remordimiento es un desperdicio de valiosa energía, de
energía que se puede usar para transformar el hoy y el mañana.
"Yo solía vivir en mi pasado", dijo un hombre
en recuperación "O bien estaba tratando de cambiarlo, o lo estaba dejando
que me controlara. Por lo general eran ambas cosas".
"Constantemente me sentía culpable de cosas que
habían sucedido. De cosas que yo había hecho; de cosas que otros me habían
hecho a mi, aunque había reparado casi todos los daños, la culpa me embargaba.
De alguna manera, todo era mi culpa. Simplemente, nunca pude dejarlo ir".
"Me aferre a la ira durante años, diciéndome a mi
mismo que era justificada. Estaba en negación acerca de muchas cosas. A veces,
trataba de olvidarme absolutamente de mi pasado, pero nunca me detuve a
analizarlo realmente; mi pasado era como una nube oscura que me perseguía, y
del cual no me podía sacudir. Supongo que me asustaba dejarlo ir, que le temía
al hoy, que le temía al mañana.”
“He estado en recuperación durante años, y me ha llevado
casi los mismos años tener una perspectiva adecuada de mi pasado. Estoy
aprendiendo que puedo olvidarlo; necesito curarme de él. Necesito sentir y
dejar ir cualquier sentimiento que aún tenga, especialmente la ira.”