En la confianza, el amor crece y se fortalece, pero
cuando adolecemos de ella, nuestro compromiso sentimental sufre un grave ataque
que le deja al borde de la muerte. Debemos confiar y entregar confianza para
que el amor pueda seguir existiendo, de lo contrario, perecerá.
Queremos mirar a los ojos del hombre que amamos sin
temores, sin dudas. Queremos sentir que ese amor es plenamente correspondido y
aceptado sin necesidad de que nosotras sintamos ganas de controlar a nuestro
amado. Pero existen oportunidades en las que esto se nos dificulta… ¿Por qué
será?
Algunas mujeres no confían porque sus corazones están
llenos de los fantasmas de un ayer: una mala experiencia les llenó de dolor y
ahora viven pensando en las heridas que no les serán ocasionadas nuevamente.
Otras, están llenas de inseguridades: se aman tan poco a sí mismas, que creen
que no son dignas de que alguien les ame con gran intensidad, otras porque su
pareja ya les fue infiel y ya no confían y otro grupo, se limita a pensar que
“todos los hombres son iguales”, por lo cual, no buscan otro hombre mejor para
sus vidas, se conforman con nada y se acostumbran a los atropellos. ¿Qué pides
tú?