Precisamente a quienes
más nos aman, puesto que estamos tan seguras de tenerlos a nuestro lado que a
veces descuidamos abrazar a ese amor y a pesar de estar compartiendo el mismo
lugar con dichas personas, puedes sentir su lejanía, como si hubiesen millones
de millas por medio.
Alguien está esperando
una calurosa sonrisa, alguien quiere escuchar que le amas, alguien quiere
sentir tu calor, alguien quiere que le abraces el alma. ¿Por qué no darte luz
verde? El mayor peligro que corres es el de amar y no sólo extender tus manos
para recibir. No te olvides que uno de los placeres más bellos de la vida es
dar lo mejor de nosotras y permitir que los demás hagan lo mismo.
Y si el amor sólo es
cuestión de amar… ¿por qué te complicas? No esperes a que llegue el día en que tú seas condenada al cementerio en el
que has condenado a vivir a quien te ama. ¡El momento es ahora! y aunque muchas veces sea difícil expresar lo que
sentimos, no debemos anclarnos allí sino buscar una solución al respecto; por
ejemplo, si se te dificulta hablar, puedes escribir una carta en donde expreses
lo que sientes puede ser la salida. Permite que tu espíritu salga de la cárcel
del silencio innecesario, da pasos lentos pero certeros, seguro en un futuro
lograras no solo decir lo que sientes, sino gritarlo a los cuatro vientos si
así lo deseas.