Cuando la gente con un
trastorno compulsivo hace lo que se siente obligado a hacer, no está diciendo
que no te ama, está diciendo que no se ama a sí misma.
Las personas suaves, las
almas amables, van con amor. Si, a veces necesitamos ser firmes, asertivos: en
esas épocas en que cambiamos, en que adquirimos una nueva conducta, en que
necesitamos convencer a los demás y a nosotros mismos de que tenemos derechos.
Esas épocas no son
permanentes. Tal vez necesitemos enojarnos para tomar una decisión o fijar un
límite, pero no podemos permitirnos quedar resentidos. Es difícil sentir
compasión por alguien que nos está victimizando, pero una vez que nos hemos
apartado de nuestro papel de víctimas, podemos encontrar compasión.