No
pidas amor hasta que estés listo para estar sanado lo suficiente para dar amor
y recibirlo.
No pidas alegría hasta que estés listo para sentir tu dolor y liberarlo, para que puedas sentir alegría.
No pidas el éxito hasta que estés listo para conquistar las conductas con las que lo sabotearías.
No pidas alegría hasta que estés listo para sentir tu dolor y liberarlo, para que puedas sentir alegría.
No pidas el éxito hasta que estés listo para conquistar las conductas con las que lo sabotearías.
¿No sería bueno que pudiéramos imaginarnos que
tenemos o nos hemos convertido –y luego que hemos recibido de inmediato- en
aquello que queríamos? Podemos tener y ser todo lo bueno que queramos. Todo lo
bueno es nuestro si lo pedimos. Pero primero se debe sembrar el campo, hacer un
trabajo de preparación.