miércoles, 21 de marzo de 2012

NUNCA ESTAMOS SOLOS...

A veces puede parecer que Dios no esta cerca de nosotros, que estamos completamente solos... Tal imaginación especialmente es dolorosa cuando nos toca un sufrimiento... y alrededor de nosotros no hay ninguna persona que nos pueda consolar. La presencia de la persona cercana sería consoladora en si misma. Pero también hay momentos en donde ninguna persona consolando da resultados.

De seguro haz oído sobre la depresión, cuan tremendo y penoso es esta enfermedad. Tal vez sabes, ¿qué también significa ser rechazado por la gente?... o ¿cómo es sentirse en la soledad y el vacío? Vagar sin objetivo, ¿sentir el hambre de amor y calor?, sin importar si lo has experimentado en la vida o no, quiero que sepas que es alguien que siempre está a tu lado y infaliblemente nos puede consolar. Este alguien es nuestro Creador. Dios perfectamente sabe lo que sentimos, lo que necesitamos... Él nos creó y sabe como hacernos felices. Solo Él siempre está cerca de nosotros y solo Él nos ama perfectamente y eternamente. Dios puede llenar el vacío que sientes en tu corazón, con su amor y paz. Puede hacer que este sentimiento de soledad  desaparezca de tu corazón… Jesús apareciéndose después de la resurrección hizo una promesa, que siempre estará con nosotros, hasta el fin del mundo (Mt. 28:20) y así es realmente... Nunca estamos solos... Dios esta presente aunque no lo podamos ver con nuestros ojos físicos.

“ALMA, SÉ CONSCIENTE DE MI PRESENCIA
PUES ESTOY CONTIGO CADA
 MINUTO DE TU VIDA."

¿DE QUE TAMAÑO ES TU FE?


Hay momentos en la vida en que nada sale bien, todo va mal, sólo hay sufrimiento y no hay salida a la vista.

Ante una adversidad así, sólo queda la fe, creer que las cosas pueden cambiar, creer en ti misma, en tu capacidad de salir adelante forjando tu propio destino.

Ese pequeño acto de fe puede hacer la diferencia. Cree, ten fe, la vida cambiará si tú lo crees así.

Cuando el camino que recorremos está lleno de espinas y encontramos obstáculos donde quiera que vayamos, cuando te sientes triste y con desánimo porque algo que querías no sucede, ese es el momento de hacer una pausa en la vida y empezar a creer. Creer que las cosas mejorarán con buena actitud y fe, ante Dios y la vida.

En cada momento de tu vida tendrás dos caminos, o continuar en el suelo mientras te dejas derrotar o empezar a creer que las cosas mejorarán.