Nos hacen daño pero no es fácil dejar de amar. Aun así, aprendemos a
reponernos y salir adelante, incluso perdonando a quien nos lastimó.
Pero perdonar no es sinónimo de regresar. El perdonar significa que
dejamos ir nuestros dolores, pero no contiene una cláusula de permanencia que
nos obligue a regresar con nuestros verdugos.
¡Cuán inspiradas se tornan esas canciones que casi de rodillas piden
perdón por un error que causó una gran herida a un ser que supuesta mente se
amaba! Nos prometen mil y un cambios, nos dan muchas justificaciones, nos juran
reparar el daño… Pero ya nada es igual, no podemos rebobinar nuestro
corazón y borrar aquel episodio de dolor y decepción.
Dicen que si no regresas con aquel que te lastimó, entonces es porque no
has perdonado, porque aún guardas rencor y por ello no quieres volver al mismo
paisaje. Pero ¿a quién se le ocurre que perdonar es sinónimo de sacar un
bisturí y volver a poner las cosas donde estaban antes de la herida daño y
seguir adorando a quien fue nuestro verdugo?