Generalmente damos las gracias como
señal de buena educación o un simple acto de cortesía sin pensar en la
profundidad y la importancia que implica la palabra “GRACIAS”.
Cuando tenemos un corazón
agradecido tenemos también una vida mucho más feliz.
Al dar las gracias con fundamento y con consciencia de su significado,
nos situamos en el aquí y ahora, nos llena de beneficios y nos ayuda a ser más
humildes, porque a veces nos creemos todopoderosos y olvidamos que ese
puesto ya lo tiene Dios y sólo a Él le pertenece.
Le doy Gracias al Creador porque yo soy su más
especial criatura, gracias
papá y mamá por darme la vida… tomémonos sólo 3 minutos de nuestro ajetreado
día y pensemos en todas las cosas por la que tenemos que agradecer a Dios: la
salud, la familia, nuestra pareja, nuestros hijos, los amigos, el trabajo, el
aire, el agua, por madre Tierra y también las cosas que consideramos malas
porque sólo a través de ellas aprendemos verdaderamente a crecer. Tenemos
infinidad de razones de agradecerle a Dios por todo lo que nos ha dado y
tal vez sin haber hecho ningún esfuerzo y a veces hasta pensamos que no nos lo
merecemos, nuestra soberbia no nos permite reconocer que Dios nos da todo lo
que necesitamos simplemente porque somos sus hijos amados.