No
es sabio permitir que nuestra vida privada sea
un libro abierto que cualquier persona pueda leer. De hecho, cuando nuestros asuntos
íntimos vuelan de boca en boca, nuestras “intimidades” se vuelven baratas.
Seamos
mujeres sabias: aprendamos a guardar nuestros asuntos y, de esa manera,
proteger a los nuestros.
No permitas que todo el mundo se entere de lo que te
ocurre en tu vida privada.No
te van a tomar en serio si cada vez que abres la boca es para ir diciendo esto
y aquello de tu marido, tus hijos, tu suegra o tu hermana. Nadie le va a dar la
importancia que tiene. Además,haces daño a tu familia cuando permites que estén
en boca de cualquiera.A la mayoría de las personas les encanta escuchar los
problemas de los demás, para luego chismorrear y burlarse de ellas. Les
encanta, porque así se sienten mejor con sus propias vidas.
Hay
un principio que vale para todas las áreas de nuestra vida: Tus “asuntos” tendrán el valor que tú
les des. Si tratas tus asuntos privados como algo valioso y digno de respeto,
la gente también las tratará con el mismo valor. Si “regalas” esa información privada,
la información se vuelve barata.