domingo, 29 de septiembre de 2013

LA IMPORTANCIA DEL DINERO


No podemos darnos el lujo de permitir que nuestro interés principal en la vida sea el dinero. Eso no nos llevará a la abundancia que estamos buscando. Por lo general, ni siquiera nos llevará a la estabilidad económica.
El dinero es importante. Merecemos que se nos pague lo que valemos. Se nos pagará lo que valemos cuando creamos que lo merecemos. Pero a menudo fracasan nuestros planes cuando nuestra consideración principal es el dinero.
¿Qué es lo que realmente queremos hacer? ¿Qué nos sentimos conducidos a hacer? ¿ Qué nos están diciendo nuestros instintos? ¿Qué nos sentimos guiados a hacer? ¿Qué nos emociona hacer? Busca una manera de hacer eso, sin preocuparte por el dinero.
Considera los aspectos económicos. Fija límites acerca de lo que necesitas que te paguen. Sé razonable. Espera empezar desde abajo y trabaja para subir. Pero si te sientes conducido hacia un trabajo, ve por él.
¿Hay algo que realmente no queramos hacer, algo que va contra nuestra fibra, pero que estamos tratando de obligarnos a hacer “por dinero”? por lo general, ésa es una conducta que hace salir el tiro por la culata. No funciona. Nos hacemos desgraciados a nosotros mismos, y lo del dinero por lo general tampoco sale bien.

martes, 24 de septiembre de 2013

EN PAZ CON EL PASADO


Aferrarse al pasado, ya sea a través de la culpa, de la nostalgia, de la negación,  del resentimiento, o del remordimiento es un desperdicio de valiosa energía, de energía que se puede usar para transformar el hoy y el mañana.
"Yo solía vivir en mi pasado", dijo un hombre en recuperación "O bien estaba tratando de cambiarlo, o lo estaba dejando que me controlara. Por lo general eran ambas cosas".
"Constantemente me sentía culpable de cosas que habían sucedido. De cosas que yo había hecho; de cosas que otros me habían hecho a mi, aunque había reparado casi todos los daños, la culpa me embargaba. De alguna manera, todo era mi culpa. Simplemente, nunca pude dejarlo ir".
"Me aferre a la ira durante años, diciéndome a mi mismo que era justificada. Estaba en negación acerca de muchas cosas. A veces, trataba de olvidarme absolutamente de mi pasado, pero nunca me detuve a analizarlo realmente; mi pasado era como una nube oscura que me perseguía, y del cual no me podía sacudir. Supongo que me asustaba dejarlo ir, que le temía al hoy, que le temía al mañana.”
“He estado en recuperación durante años, y me ha llevado casi los mismos años tener una perspectiva adecuada de mi pasado. Estoy aprendiendo que puedo olvidarlo; necesito curarme de él. Necesito sentir y dejar ir cualquier sentimiento que aún tenga, especialmente la ira.”

sábado, 21 de septiembre de 2013

TRAE ANTE DIOS CUALQUIER PETICIÓN


 Trae ante Dios cualquier petición que tengas.
Ninguna petición es demasiado grande; ninguna es demasiado pequeña o insignificante.
Cuán frecuentemente limitamos a Dios al no traer ante Dios todo lo que queremos y necesitamos.
¿Necesitamos ayuda para lograr el equilibrio? ¿Para pasar el día?
¿Necesitamos ayuda con alguna relación en particular? ¿Con un defecto de carácter en particular? ¿Para obtener alguna cualidad de carácter?
¿Necesitamos ayuda para progresar en alguna tarea en particular que nos esté desafiando? ¿Necesitamos ayuda con un sentimiento?
¿Queremos cambiar alguna creencia autoderrotista que nos ha estado desafiando? ¿Necesitamos información, un mayor conocimiento de uno mismo? ¿Apoyo? ¿Un amigo?
¿Hay algo en el universo de Dios que realmente nos pudiera brindar alegría?.
Podemos pedirlo. Podemos pedirle a Dios cualquier cosa que queramos.
Pon la petición en manos de Dios, confiando en que ha sido escuchado, y luego suéltala, déjala ir. Déjale la decisión a Dios.
Pedir lo que queremos y necesitamos es cuidar de nosotros mismos.
Confiemos en que el Poder superior al que le hemos entregado nuestra vida y voluntad realmente se preocupa de nosotros y de lo que queremos y necesitamos.


"Hoy le pediré a mi Poder Superior lo que quiero y necesito. No exigiré, pediré. Y luego, lo dejaré ir.

CUIDEMOS DE NOSOTROS MISMOS EN EL TRABAJO


Está bien cuidar de nosotros mismos en el trabajo:  es necesario.
Cuidar de nosotros mismos en el trabajo significa que lidiemos adecuadamente con los sentimientos; que asumamos la responsabilidad que tenemos hacia nosotros mismos. Nos desapegamos cuando sea necesario el desapego. Fijamos límites cuando necesitamos hacerlo.
Negociamos conflictos; tratamos de separar nuestros asuntos de loa asuntos de otras personas y no esperamos la perfección de nosotros mismos ni de los demás.
Dejamos ir nuestra necesidad de controlar. En vez de ello, nos esforzamos por la paz y la gobernabilidad, por adueñarnos de nuestro poder para ser lo que somos y para cuidar de nosotros mismos.