El reclamo es la acción de protestar o
exigir una acción o el cumplimiento de un derecho que se considera debe ser
cumplido.
En todos los matrimonios es muy
frecuente encontrar actitudes de queja y reclamo debido a las diferencias de
opinión en las parejas. No obstante es un tema del cual se debe tener extremo
cuidado, ya que si no se controlan estas actitudes se van a generar
discusiones y frecuentemente ofensas que van deteriorando la relación de pareja
o matrimonial.
La verdad es
que la queja y el reclamo raramente conducen a la solución de problemas. Por el
contrario, los agravan.
Entonces lo
primero que debemos reconocer es que estas actitudes no deben usarse en el la
relación. Debemos entender que estas dos
actitudes no son opciones saludables para resolver los conflictos de la
relación.
Veamos un
ejemplo de queja y reclamo: ¡estoy harto de que andes contándole a nuestros
vecinos todas nuestras cosas privadas, eres una chismosa! Esta forma de
quejarse probablemente generará una respuesta como: ¡Claro, es que no quieres
que nadie se dé cuenta de que eres un vago, estoy cansada de ver lo inútil que
eres! Esta discusión no terminará en nada bueno! Las quejas y reclamos siempre
van a conducir a una discusión estéril que traerá ofensas y más problemas a la
relación.
Lo segundo que
debemos entender es que tampoco nos podemos quedar callados a los sentimientos
de dolor, disgusto ó resentimiento. Es muy peligroso quedarse con esos
sentimientos guardados.
Quedarse
callado(a) evita discusiones, pero los va distanciando poco a poco y puede
ocurrir una reacción explosiva en cualquier momento que puede ser muy
destructiva.
En el ejemplo
mencionado, sería mejor una expresión como: ¡Mi amor, quiero decirte que me
sentí ofendido cuando le contaste a nuestra vecina acerca de los problemas que
estoy teniendo en el trabajo! Eso sería mucho mejor y abriría el espacio para
una respuesta como: Oh mi amor, lo siento, no me di cuenta; perdóname. De esta
manera se expresó el sentimiento, se aclaró el asunto y no hubo consecuencias
negativas. Por el contrario refuerzan el pacto de amor y fortalecen la relación.
Si has usado
mucho la queja y el reclamo, busca un momento y un lugar oportuno y pídele a tu
cónyuge perdón por haberte quejado y reclamado mucho y exprésale tu deseo de
manejar las diferencias de opinión y los sentimientos de dolor de una manera
diferente.
“PANAL DE MIEL SON LAS PALABRAS SUAVES,
SUAVIDAD AL ALMA Y MEDICINA A LOS HUESOS”
PROV:16:24
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