¿Tienes
un problema y todavía no encuentras la solución? Es solo cuestión de un pequeño cambio de enfoque que sí podemos hacer… ¡ahora mismo!
Por
lo general, un gran problema es la suma de otros más pequeños. Muchas veces
hubo indicadores previos que no quisimos o no supimos ver. Dios nos ama tanto
que nos da pequeños avisos, pero somos tan ciegas que no los vemos o mejor
dicho no los queremos ver, teniendo al frente. Eje: tú vas por la calle y de
repente vez a la persona que amas con otra, ¿que piensas en ese momento? Lo único
que nos pasa por la mente es me está engañando, ¡verdad! Pero si vemos más allá,
lo que Dios nos quiere mostrar en ese momento es que esa persona no es para
nosotros.
Lo
bueno es que cuentas con todos los recursos necesarios para enfrentar este tema
que te está preocupando, es posible que precises ayuda para
guiarte y respaldarte en este momento. Al hablar de lo que nos pasa, vemos
detalles o puntos de vista que no habíamos notado antes. Además, muchas veces,
las ideas de otros accionan nuestra propia creatividad para encontrar salidas
inteligentes a encrucijadas.
Tal
vez puedas separar el asunto en partes más pequeñas y tratar cada una por
separado. O cambiar la estrategia que estás usando y definir una que te lleve a
la solución que tanto deseas.
Lo
positivo a tener en cuenta es:
¡Tú
eres más grande que cualquier problema que se te pueda presentar!
El primer paso que debemos dar es definir claramente cuál
es el problema, esto es fundamental para la solución, muchas veces la sola
definición del conflicto lo logra finalizar.
Definir el problema es el paso más importante que debemos
dar.
¿Qué debemos hacer?
1.
Ponle nombre al conflicto. Esto le da identidad y lo vuelve real.
2.
Escribe el nombre de los involucrados principales y secundarios, lo cual te da
la posibilidad de saber realmente quiénes son los actores y que papel
desarrollan. Es común dar el mismo nivel de importancia a todos los
involucrados lo cual complica establecer prioridades.
3.
Define el conflicto, pregúntate cual es el problema realmente, usa palabras e
ideas sencillas, no te extiendas no uses más de 3 renglones para contestar.
4.
Enfócate en el tema principal que quieres tratar, si son varios asuntos no
podrás resolverlos todos de una sola vez, debes centrarte en el más importante
y escribe aparte los demás para ir resolviendo uno a uno posteriormente.
Qué tal si
ponemos manos en el asunto… te invito a que hagamos un sencillo ejercicio,
piensa en un conflicto que tengas actualmente: titúlalo, escribe quienes son
los afectados, defínelo claramente y escribe que quisieras lograr. Da
este primer paso, ¡apuntalo! No te vas a arrepentir, veras que en el preciso
momento de escribirlo empieza a tomar un color diferente.
“LOS PROBLEMAS LOS CONSTRUYE UNO MISMO”
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