Observa
lo que ocurre alrededor tuyo no para compararte sino para encontrar puntos de
inicio cada vez más exigentes para ti mismo. Disfruta el proceso de crecer, de
aprender, de descubrir. Si vives sin comparación te sentirás más feliz y pleno.
Vivir sin comparaciones es más exigente pues requiere más energía para estar
atento a lo que eres no a lo que piensas que eres, vivir sin comparación
significa descubrir plena y totalmente lo que piensas , lo que sientes, la
forma en que reacciones, la forma en que te comportas, y a partir de eso hacer
que cada día tuyo sea mejor que el anterior.
La virtud
que nace de ese estado de no comparación no es la virtud que surge de un
acomodo social, de un contentar a los demás, de buscar sólo aprobación. Esta
virtud es plena y libre de contaminación, esta virtud te hace más sensible a lo
que ocurre al rededor tuyo, te permite percibir a los seres que te rodean de
forma tan completa que puedes aprender de ellos y al mismo tiempo ayudarlos
sinceramente, sin buscar una recompensa o un beneficio.
Si no te
comparas eres libre para observar, eres libre para construir, no hay carreras o
puestos que buscar, entonces te vuelves en un ser más humilde, y la arrogancia
de creerse más que los demás desaparece, porque vives sin comparación.
Si
hacemos de nuestra vida una vida libre de comparaciones haríamos de este mundo
un lugar menos peligroso, un lugar no tan violento, no tan cruel. Muchos nos
comportamos cruelmente cuando sólo buscamos ser mejores que los otros, creemos
que podemos simplemente dejarlos fuera, nos hace insensibles y al mismo tiempo
temerosos.
No
olvidemos que al que hay que superar cada día es a uno mismo, que al que hay
que entender y conocer es a uno mismo.
La
violencia es el resultado de la comparación y mientras no dejemos de comparar
seguiremos siendo violentos, seguiremos siendo limitados, pues las únicas
fronteras que vencer seguirán fuera y no dentro, por consiguiente, por mucho
que hagamos, en lo profundo seguiremos siendo miedosos o mediocres.
Sin
embargo si no te comparas con nadie y escuchas lo que eres, te volverás un ser
humano más completo, más seguro, mas sensible y apasionado por la vida.
Descubrirás que es posible llegar más allá de ti mismo, que es posible penetrar
a ese lugar sagrado donde la vida se manifiesta a cada instante.
Realmente al único que tienes que vencer es a ti
mismo. Cuando te comparas con los demás no llegas nunca a nada sino quizá sólo
a sentirte frustrado o a vivir mediocremente. Cada día se un poco mejor que
ayer.
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