Los amores por Internet son
incomprendidos, criticados y puestos en duda.
Pero el ciber amor también es amor, el sentimiento es tan real como la
persona que lo siente en su corazón.
Al final, para los que están destinados a amarse, la distancia no es
impedimento, e Internet les ayuda a darse la oportunidad de amar y ser amados.
El corazón humano es sumamente generoso: no sólo tiene la
capacidad de amar desde la cercanía sino también desde la distancia.
Hemos aprendido nuevas formas de amar que incluyen pantallas, clics
y emoticones, porque sencillamente muchas veces sonreímos más con una ventana
de conversación que con alguien que se encuentra a nuestro lado.
Así que no hay que limitar nuestros sentimientos: al ciber amor
también se le llama amor.
Hago esta aclaración porque muchas personas sienten que una relación
virtual no conoce de compromisos y no hay nada más desacertado que asumir eso: ¿acaso la distancia involucra no amar? ¿Acaso
si un compromiso se establece desde la presencialidad significa que va a ser
respetado? ¿Acaso hay una ley que diga que el amor es unívoco?
En esta situación hay un poco de todo, no podemos quedarnos con
pensamientos pasados que sólo satanizan lo que puede llegar a ser un hermoso
palacio para el amor.
Si seguimos diciendo que todas las personas en la red son malas,sólo
encontraremos eso: seres con nefastas intenciones.
Pero se trata de ir más allá, de reconocer que hay hombres con buenos sentimientos
que hacen uso de la red al igual que nosotras.
El amor por
internet es una realidad y yo me atrevería a decir que necesita de un
mayor cuidado: si
no tienes a ese ser especial en frente, lo más probable es que hayan mayores
malos entendidos.
Lo que no debemos olvidar es que tras la pantalla hay un hombre que
siente y que espera encontrar la misma sinceridad que nosotras anhelamos; por
eso debemos ser nosotras mismas, evitando la tentación de crear una
segunda o tercera personalidad que juzguemos “más interesante”, porque tanto
en el mundo virtual como en el de carne hueso, es bonito sentir que alguien se
ha enamorado de la espontaneidad de nuestro corazón.
Debemos ser sinceras y reconocer lo que queremos con ese amor virtual y
lo que quiere quien nos acompaña, porque de esa claridad depende que sepamos
construir un lugar para cuidar de ese amor.
No nos detengamos porque ese ser por el cual sentimos tan bellos
sentimientos sólo lo hemos visto a través de una pantalla: puede que la
computadora sea algo fría, pero nuestro corazón es real y está lleno de ternura para
ese hombre que nos ha demostrado que tiene mucho de especial en él.
Si en verdad amas, ¡entrégate
a ello! Las relaciones no siempre inician como debiera ser: fijándose
primero en el alma y luego en el cuerpo. Y verás que un día los besos
virtuales serán besos reales, que ya no leerás tan hermosas palabras sino que
te las susurrarán al oído, que ya no soñarás con abrazar porque estarás
amarrada a los brazos de tu amado.
El cielo siempre reúne a quienes de verdad se aman, sin importar
que se hayan conocido desde la presencialidad o a través de un chat.
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