viernes, 1 de junio de 2012

¿CÓMO EXPLICARLE AL ALMA QUE LO QUE TANTO AMO...YA NO EXISTE?

¿Cómo volar cuando las alas se han roto y ya ni siquiera un enorme remiendo de amor puede sanar? Cuando sabemos que la vida, las circunstancias, nuestro modo de actuar o lo que haya podido ser, ha acabado con nuestra relación de pareja, nos llenamos de muchas preguntas sin respuestas que terminan por ensuciar nuestra mente y nuestro corazón.
Muchas mujeres eligen cerrar los ojos e intentar revivir lo que ha muerto. Y ello no está mal, no debemos bajar los brazos fácilmente. Sin embargo, debemos reconocer cuando un alma ya ha terminado su ciclo de compañía en nuestras vidas y dar un paso adelante de la ruptura para aprender de lo que sucedió.
Más allá de los fallos, del dolor, de los recuerdos, de las lágrimas, de los maltratos, de las alegrías, hay algo más…


Y ese algo más es un aprendizaje que el cielo nos mandó a través de aquel hombre. Tal vez él no era el “amor de nuestras vidas”, pero sí un medio para aprender algo que sin su presencia no hubiésemos interiorizado, ¿has pensado en qué es ello? ¿Cuál es ese aprendizaje que él te dejó?
No es fácil apartar las cosas: “terminé con mi amado pero me enseñó esto, eso y aquello”. No, no es sencillo, aún tenemos muchos sentimientos encontrados que nos entristecen, tenemos el corazón golpeado y los ojos apagados por la decepción.
Pero con todo ello, tenemos la capacidad de reflexionar y mirar con detenimiento lo sucedido para rescatar lo que nos puede ayudar a seguir madurando en el amor, ya sea porque fue positivo y queremos reforzarle, o porque fue negativo y no queremos volver a encontrarle.
Sumemos muchas gotitas de decisión y valentía para salir adelante de ese amor frustrado.
¡Podemos guardar lo bueno! ¡Podemos desechar lo malo! ¡Podemos dejar atrás a aquel ser que ya no nos ama!
Haz de cuenta que vas a comer una fruta pero de repente descubres que una de sus partes está dañada: no desechas la fruta entera, sencillamente dejas de lado la parte dañada y te comes el resto.
Lo mismo pasa con nosotras: no debemos desechar lo bueno por miedo a apartar lo malo. Si aquella historia no funcionó, no desesperes, algo bueno ha de tener, algún aprendizaje te dejó y seguramente el cielo te estaba preparando para recibir al buen amor de tu vida.
Debes aprender, porque si no lo haces, tus experiencias habrán sido en vano. Y debes dejar atrás a quien no supo caminar a tu lado, porque si no lo haces, corres el riesgo de quedarte estancada y olvidar que existe un verdadero amor.

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