jueves, 26 de diciembre de 2013

CERCA DE LA CUMBRE


Sé que estás cansado. Sé que te sientes agobiado. Quizá sientas que esta crisis, este problema, esta época difícil durará para siempre.
No será así. Estás casi del otro lado.
No sólo piensas que ha sido duro; ha sido duro. Se te ha probado, se te ha examinado y se te ha vuelto a probar acerca de lo que has aprendido.
Tus creencias y tu fe han sido probadas con fuego. Has creído, luego has dudado, luego has trabajado por creer algo más. Has tenido que tener fe aunque no pudieras ver o imaginar aquello en lo que se te ha pedido creer. Quizá algunos de los que te rodean hayan tratado de convencerte de no creer en lo que tú esperabas poder creer.
Has tenido oposición. No has llegado hasta este sitio con un apoyo total y con alegría. Has tenido que trabajar duro, a pesar de lo que estaba sucediendo a tu alrededor. A veces, lo que te motivaba era la ira; a veces, el miedo.
Las cosas salieron mal, más problemas de los que anticipaste. Te topaste con obstáculos, frustraciones y molestias en el camino. Tú no planeaste que esto fuera de la manera como se desenvolvió. Gran parte de esto ha sido una sorpresa; algo de ello no ha sido para nada lo que tú deseabas.

CRECIMIENTO INTERIOR

Igual que cuando éramos niños nos quedaban chicos los juguetes y ropa favoritos, a veces ya de adultos nos quedan chicas algunas cosas: gente, empleos, casas. Esto puede causar confusión. Podemos preguntarnos por qué alguien o algo que era tan especial e importante para nosotros el año pasado ya no encaja del mismo modo en nuestra vida hoy. Podemos preguntarnos por qué han cambiado nuestros sentimientos.
Cuando éramos niños, quizá tratamos de que nos quedara una prenda de vestir que era grande para nuestro cuerpo. Ahora, de adultos, podemos atravesar épocas en que tratamos de forzar actitudes que ya hemos rebasado. Quizá necesitemos hacer esto para darnos tiempo y cuenta de la verdad. Lo que funcionaba el año pasado, lo que era tan
importante y tan especial para nosotros en tiempos pasados, no nos funciona ya más porque hemos cambiado. Hemos crecido.
Podemos aceptar esto como una parte válida e importante de la recuperación. Podemos permitirnos pasar por la experimentación y por la pena mientras batallamos por hacer algo que nos quede, tratando de averiguar si de veras ya no nos vale y por qué. Podemos explotar nuestros sentimientos y pensamientos acerca de lo que ha ocurrido.

LAS FESTIVIDADES


A veces, las festividades navideñas están llenas de la alegría que asociamos a esa época del año. La temporada fluye. Hay magia en el aire.
A veces, las fiestas de Navidad pueden ser difíciles y solitarias.
He aquí algunas ideas que he aprendido a través de la experiencia personal y de la práctica, para ayudarnos a superar las fiestas difíciles:
Lidia con los sentimientos, pero trata de no morar indebidamente con ellos. Pon las festividades en perspectiva: un día festivo es un día entre 365. Podemos superar cualquier periodo de veinticuatro horas.
Pasa el día, pero mantente consciente de que puede haber una reacción post-día festivo. A veces, si usamos nuestras conductas de supervivencia para pasar el día, los sentimientos nos embargaran al día siguiente. Manéjalos también. Vuelve al camino lo antes posible.