No vayas con tanta prisa, en ningún día, a ninguna hora, en ninguna parte, en ningún momento se te requiere que hagas mas de lo que puedas hacer en paz.
Las conductas frenéticas y la urgencia no son la base para nuestra nueva forma de vida.
No tengas tanta prisa por comenzar. Empieza, pero no fuerces el comienzo si aun no es tiempo. Los comienzos llegaran pronto.
Disfruta y saborea lo de en medio, el meollo del asunto.
No tengas mucha prisa por terminar. Quizá ya estés listo para hacerlo, pero disfruta de los momentos finales. Entrégate completamente a esos momentos para que puedas dar y recibir todo lo que contienen.
Deja que la paz fluya en forma natural. Camina hacia adelante. Empieza. Sigue yendo hacia adelante. Sin embargo, hazlo suavemente, en paz. !Aprecia cada momento!
"Hoy Dios mio, Ayúdame a concentrarme en un ritmo tranquilo en vez de apurado. Seguiré yendo hacia delante suave, no frenéticamente. Ayúdame a dejar ir mi necesidad de estar ansioso, tenso Y apurado. Ayúdame a reemplazarla con la necesidad de estar en paz y en armonía".
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