Los tiempos difíciles, los tiempos de estrés, no son todo lo que hay en la vida, pero sí son parte de la vida, del crecimiento, y del seguir adelante. Lo que hacemos con los tiempos difíciles, o con la energía difícil, es elección nuestra.
Podemos utilizar la energía de los tiempos difíciles para resolver nuestros asuntos. Podemos usarla para afinar nuestras habilidades y nuestra espiritualidad. O podemos atravesar estas situaciones sufriendo, almacenando amargura y rehusándonos a crecer o a cambiar.
Los tiempos difíciles nos pueden motivar y moldear para sacar lo mejor de nosotros mismos. Podemos usar estas épocas para adelantar y subir a niveles más altos de vivir, de amar y de crecer.
La elección es nuestra ¿Nos dejamos sentir? ¿Adoptamos una actitud espiritual, incluyendo en ella la gratitud, hacia el evento? ¿Le preguntamos a la vida y a nuestro Poder Superior que es lo que se supone que debemos estar aprendiendo y haciendo? ¿O utilizaremos el incidente para probar creencias viejas, negativas? ¿Diremos: "A mi nunca me pasa nada bueno... solo soy una victima... No se puede confiar en la gente... La vida no vale la pena vivirla"?
No siempre requerimos de la energía difícil, o estrés, para motivarnos a crecer o a cambiar. No tenemos que crear estrés, buscarlo o atraerlo. Pero si esta ahí, podemos aprender a canalizarlo en crecimiento y utilizarlo par lograr lo que es bueno en la vida.
"Dios mio, permite que mis tiempos difíciles sean épocas de curación".
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